El design thinking es una metodología que, en sus inicios, estaba muy ligada al diseño de producto. Sin embargo, con el paso de los años ha ido evolucionando y, en la actualidad, es muy empleada en cualquier sector del mundo empresarial a la hora de proponer nuevas soluciones, mejorar los procesos o la experiencia de usuario.
Pero: ¿qué es el design thinking? ¿Cuáles son sus beneficios y cómo se puede aplicar a las empresas? Vamos a resolver todas estas dudas paso a paso. ¡Empezamos!
¿Qué es el design thinking?
El design thinking es una metodología cuyo objetivo es encontrar nuevas soluciones basándose en la innovación y en la creatividad de un equipo de trabajo que pone el foco en todo momento en el usuario.
Su significado, traducido al español, es "pensamiento de diseño", y es una metodología con una fuerte orientación a la acción.
Se basa en el análisis de la situación por parte de equipos multidisciplinares que, a su vez, realizan un brainstorming de ideas para encontrar una solución a posibles problemas detectados en un entorno determinado.
En los últimos años, cada vez más empresas e instituciones educativas la han adoptado para poder aportar nuevas soluciones a problemas detectados dentro de un entorno concreto, testearlas, poder validar o refutar dichas hipótesis de manera ágil y aprender de la acogida de los usuarios.
Principales características
El design thinking se caracteriza por:
- Ser un método de innovación que permite encontrar diferentes soluciones creativas de forma ágil.
- Estar centrado en la experiencia del usuario.
- Basarse en el análisis de la situación y en un amplio conocimiento del usuario, de sus necesidades, sus problemas y sus motivaciones.
- Se divide en diferentes fases que deben abordarse, al menos, una vez. Eso sí: permite volver sobre cada una de las etapas cuando se precise hacerlo.
- Trabaja con técnicas visuales que fomenten la creatividad del equipo de trabajo.
- El ambiente en el que se organizan estas dinámicas debe ser óptimo: los participantes deben sentirse a gusto, no pensar que sus ideas van a ser tiradas por tierra, debe ser una empresa que propicie los ambientes creativos...
Principales beneficios del design thinking
Ahora que ya conoces en qué se fundamenta el design thinking, vamos a ver por qué es importante para los negocios -y, en muchos casos, para aspectos más personales de la vida-.
Estos son los principales beneficios del design thinking:
- Pone al consumidor en el centro de la solución y propone conocerlo a fondo, animando a experimentar la realidad de los usuarios de primera mano. Por ello, se debe experimentar el entorno en el que opera y entender cuáles son los problemas a los que se enfrentar y las necesidades que tienen.
- Es una metodología ágil que busca formular hipótesis y encontrar soluciones de manera ágil. Los plazos se acortan en este método de trabajo, que se basa en la premisa del producto mínimo viable para aportar soluciones rápidas y aprender de la respuesta del mercado.
- Gracias a su enfoque de testeo, permite aportar soluciones innovadoras y mejoradas en el tiempo. De ahí su acercamiento a la metodología lean startup.
- Su enfoque multidisciplinar permite integrar en un mismo equipo de trabajo personas con diferentes especialidades que aportan visiones enriquecedoras en base a su campo de especialización.
Etapas del design thinking
La metodología de design thinking se divide en 6 fases diferentes. De esta manera, podemos hablar de etapa de la:
Vamos a ver cada una de ellas con más detenimiento.
1. Etapa de la empatía
Ya lo hemos dicho: el design thinking pone a las personas en el centro de la búsqueda de nuevas soluciones. Por ello, la primera fase es la de empatizar con los clientes, actuales o potenciales, de la empresa. Y, para ello, es vital conocer en profundidad al público objetivo de la empresa.
El equipo de trabajo debe realizar un análisis profundo del entorno, de los problemas y de las necesidades de los clientes para entenderlo en primera persona.
Hay multitud de herramientas para hacerlo, desde las encuestas online, entrevistas one to one, focus group, observación directa en el punto de venta, etcétera.
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2. Etapa de definición
En esta fase, debemos organizar la información obtenida en la primera fase para poder definir cuál es el problema que hemos detectado.
Una de las técnicas más habituales es el clusterizado, que consiste en escribir en post-it todos los insigths que se han descubierto en la fase de empatizar, organizarlos por temáticas y resumirlos en una única frase. Será esta oración resultante la definición del problema a solventar.
A la hora de definir el problema, esta metodología apuesta por incluir en la frase "Qué podemos hacer para" y añadir posteriormente la problemática. ¿Ves de qué manera el poder la palabra lleva a la acción a todo el grupo?
3. Etapa de ideación
Esta es la fase más creativa. En ella, se celebra un brainstorming en el que reunir la mayor cantidad de ideas para proponer una solución al problema planteado.
En esta fase, no se debe cortar la creatividad: el objetivo es fomentarla, arropando cada una de las ideas y trabajando para generar el mayor número posible de soluciones.
4. Etapa de prototipado
En esta fase, se recogen y se filtran las ideas creadas en la etapa de ideación y se trabaja para realizar un prototipo o producto mínimo viable que pueda mostrarse a los clientes -o potenciales clientes-. De esta manera, la empresa puede obtener información de primera mano gracias al feedback de los usuarios y mejorar este prototipo para que responda perfectamente a las necesidades de los usuarios.
El objetivo es lanzar este prototipo con rapidez, invirtiendo menos dinero, para conocer cuál es la acogida del mercado y, posteriormente, lanzar un producto definitivo mejorado gracias al feedback obtenido.
5. Etapa de medición y análisis
Esta es la fase de análisis de los resultados obtenidos. Para ello, se deben haber establecido unos KPIs anteriormente, con el fin de medir cuáles son los resultados obtenidos del lanzamiento del prototipo en la etapa anterior.
El prototipo se muestra a una parte del target y se recogen datos acerca de cómo ha sido recibido, su experiencia o qué aspectos mejorarían.
6. Aprendizaje
En esta última fase, se implementan las mejoras en base a la información obtenida en la etapa de prueba. Es decir, posibles mejoras o cambios a implementar en el producto o servicio.
Implementando estas sugerencias para mejorar el prototipo, ha llegado el momento de lanzarlo al mercado.
Cómo aplicar el design thinking en una empresa
La metodología del design thinking tiene un gran valor para las empresas en la actualidad. Y es que, conociéndola a fondo, es perfecta para fomentar la creatividad y la innovación en las corporaciones actuales a la hora de diseñar nuevos productos o servicios, encontrar nuevas soluciones u optimizar los procesos internos.
Si quieres incorporar el design thinking a tu empresa, no te olvides de:
- Esforzarte por generar dinámicas que sitúen al consumidor en el centro y propiciar la interacción con él.
- Busca el equilibrio perfecto entre la innovación y el análisis de mercado para lanzar un prototipo que pueda convertirse en una solución estable a lo largo del tiempo.
- Esfuérzate por conocer al máximo a tu cliente ideal. Este conocimiento es una ventaja competitiva para cualquier empresa. Solo así podrás detectar necesidades que no están siendo cubiertas por otras empresas de la competencia.
- Proporcionar espacios para recoger el feedback de los clientes que hayan probado el prototipo y propiciar un espacio idóneo para dicho testeo.
¿Te animas a integrar el design thinking en tu negocio?