Daniel es el fundador de Bacce Guitars, un taller de luthería de cuerda en el que fabrican instrumentos principalmente contemporáneos realizados a medida y de manera completamente artesanal.
Una empresa que empezó hace prácticamente 10 años de manera artesanal y que, gracias a la ilusión y el trabajo, se ha abierto un hueco en la escena musical.
Hablamos con su fundador, Daniel, acerca de cómo surgió el proyecto, de cómo ha evolucionado en estos años y de las principales barreras que se ha encontrado a la hora de emprender.
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Entrevista a Daniel, fundador de Bacce Guitars
Daniel, cuéntanos qué es Bacce Guitars y qué ofrecéis a vuestros clientes.
Bacce Guitars es un taller de luthería de cuerda. Bajo nuestra marca, fabricamos instrumentos contemporáneos –principalmente– realizados completamente a medida y de forma artesanal. En definitiva, construimos instrumentos muy exclusivos, si así lo quiere el cliente, y no habrá dos iguales.
Asimismo ofrecemos cursos de fabricación, a través de los cuales personas que quieran enfocar su futuro profesional hacia la luthería o bien aquellos que simplemente quieren vivir el proceso de fabricación de una guitarra personalizada pueden disfrutar de la experiencia sin grandes riesgos y aprendiendo. También disponemos de servicio de reparación, ajuste, mantenimiento y pintura, por lo que tocamos prácticamente todos los aspectos de la luthería moderna.
¿Cómo y cuándo surgió el proyecto?
El proyecto surge hace mucho tiempo, desde que intenté fabricar mi primera guitarra con 22 años. Fue una experiencia complicada por la falta de sitio, herramientas y conocimientos. Pero encendió la mecha que más adelante, allá por 2012, hizo posible empezar a fabricar algo más en serio.
Pudimos colocar un par de las primeras guitarras en un grupo madrileño de buenos amigos y a partir de entonces tomó un cariz más serio y nos planteamos arrancar de una forma ‘profesional’.
Registramos la marca y fabricamos algunos modelos más con idea de presentarlos oficialmente en la primera feria de Málaga Guitar Fair en 2014.
¿Cómo fueron los comienzos y qué barreras te encontraste a la hora de emprender?
Siendo autodidacta los comienzos siempre son complejos, pero en cierto modo muy gratificantes.
Empezamos a fabricar en casa, como quien dice, aprovechando un garaje familiar que inundé de herramientas y maderas en apenas dos meses.
Hoy en día no creo que el conocimiento sea un impedimento, puesto que hay diferentes compañeros que ofrecen cursos de formación y existe muchísima información disponible en internet, ya sea en formato video, tutoriales, manuales, foros...
Lo más complicado para arrancar es quizá la inversión económica en un lugar y unas herramientas adecuadas para realizar el trabajo con ciertas garantías.
Si además quieres tener un ‘local comercial’ abierto a tus clientes donde puedan visitarte, ver tu trabajo y ofrecer una imagen moderna y profesional, hay que hacer un desembolso económico importante.
¿Ha cambiado mucho el proyecto desde entonces? ¿Cómo es ahora Bacce Guitars?
El núcleo de Bacce Guitars sigue siendo el mismo: fabricar instrumentos completamente a medida, desde la selección de maderas y hardware, hasta el diseño personalizado y el acabado al gusto del cliente.
En los primeros momentos no realizábamos tanta atención a la reparación, hasta 2015, cuando arrancamos físicamente en el primer taller, en Arganda del Rey (Madrid).
Durante los últimos años, y más aún ahora que estamos en Rivas Vaciamadrid con un nuevo taller más moderno y cercano a la capital, hemos ampliado mucho el servicio de taller para las escuelas y músicos que quieran confiar en nosotros, a la vez que atendemos pedidos de construcción de guitarras y bajos para clientes de todo el mundo.
Creemos que después de unos años duros en época COVID saldremos reforzados y con más ganas de alcanzar nuevos objetivos.
Háblanos de tus clientes. ¿Quién es tu target?
El cliente prototipo suele ser el músico aficionado y semiprofesional, es decir, aquel que toca su instrumento por afición, diversión y (normalmente) no vive exclusivamente de la música.
Ya vienen con cierta experiencia previa y buscan algo que no encuentran en el resto de instrumentos que han podido probar: ya sea estética, funcionalidad, exclusividad o todas ellas.
También suelen ser reacios a la compraventa de instrumentos de modo compulsivo, ya que este tipo de productos son complejos en su reventa por su alta personalización. Es decir, fabrican algo para ellos, por motivos sentimentales en ocasiones, y para conservarlo y coleccionarlo.
Se da la circunstancia de que la mayoría de los músicos profesionales no son muy dados a invertir en instrumentos fabricados a medida (insisto en que también los hay que sí lo hacen, pero no son la norma), quizá por una búsqueda de un instrumento más funcional con una relación calidad-precio más ajustada.
Y es comprensible: cuando alguien se anima a hacerse una guitarra a medida suele requerir de una inversión elevada, y si tienes que llevar media docena de instrumentos de gira, esa inversión se convierte en una pesadilla. Es preferible invertir en algo más económico e igualmente funcional.
¿Y el producto o servicio estrella?
Nosotros fabricamos a medida. Es lo que destacamos de nuestra marca: poder hacer realidad un diseño imposible o un instrumento soñado que no vas a poder encontrar de ninguna otra forma.
También fabricamos para ferias y exposiciones, y posteriormente esos instrumentos exclusivos, en tirada 1 de 1, quedan en stock a la venta. Pero en la mayoría de los casos los clientes se apasionan con la idea de fabricar su instrumento ideal. ¡Y ahí es donde se lo ponemos fácil!
¿Cuál sería el sello de distinción de Bacce Guitars? Ese que hace que os elijan frente a otros competidores.
Creo firmemente que el sello de distinción es precisamente lo que hablábamos antes, la construcción al detalle y completamente a medida. En el mercado hay fabricantes en masa, fabricantes de pequeñas tiradas y luthieres con fabricaciones muy pequeñas, y no todos aceptan encargos en los que tengan que diseñar y crear un instrumento desde las ideas y conceptos de un cliente.
En ocasiones esas ideas hay que reconducirlas y rediseñarlas hacia un instrumento funcional y estéticamente viable, sin desvirtuar el origen y la ‘masa madre’ que el cliente te trae en un primer momento.
¿Hace cuánto tiempo tenéis vuestra página web?
Creamos la página en 2012, al mismo tiempo que registramos la marca, pero en un formato más ‘bloggero’.
Presentábamos nuestros trabajos mediante entradas de blog que no tenían un objetivo determinado, más que empezar a conectar con la gente.
De forma más profesional, la modificamos sustancialmente en torno a 2015 con el paso a GoDaddy y a una plataforma más enfocada a mostrar nuestro trabajo en un formato de showroom/catálogo.
¿Por qué elegisteis GoDaddy para digitalizar vuestro negocio?
Hoy en día hay muchos servicios digitales disponibles para dominios y hosting, pero siempre tienes en mente las grandes referencias, y no fue difícil elegir GoDaddy: creo que la relación calidad-precio-servicio es excelente.
¿Os ha ayudado tener una web a la hora de capear los efectos de la crisis a causa de la COVID-19? ¿Y antes de la pandemia?
La crisis ha estado y, por desgracia, sigue estando y estará durante algún tiempo aún. La web nos ha ayudado a no desaparecer, a seguir visibles y poder atender a nuestros clientes habituales, nuevos y potenciales, a pesar de estar aletargados por los efectos del parón económico y social que la pandemia ha provocado en prácticamente todos los sectores.
Tanto antes como después de esta época difícil, la web es una herramienta vital dentro de nuestro crecimiento como negocio, principalmente cuando hablamos de llegar y conseguir clientes a nivel mundial. De hecho, siempre hemos funcionado en inglés hasta la última actualización de la web en la que también incorporamos el castellano.
¿Algún consejo para quienes se estén planteando emprender?
Esto es complicado, porque cada uno se encuentra con diferentes problemas cuando decide arrancar. Si hablamos del aspecto emocional: no rendirse, tener –muchísima– paciencia, seguir empujando a pesar de las dificultades y creer en tu proyecto, aunque en muchas ocasiones estos aspectos son los más difíciles de conseguir.
Si hablamos de la parte económica y profesional: yo siempre aconsejo realizar una inversión moderada, que te permita tener cierto margen de recuperación en un tiempo razonable (y que no te arruine si la cosa va mal) y arrancar el negocio de forma legal y profesional para ofrecer al cliente confianza y garantía.
