La Virgen es una cerveza artesana fabricada en Madrid. Una cerveza pura elaborada con ingredientes selectos y de manera sostenible.
Un proyecto que nació en una agencia de publicidad en San Francisco con el objetivo de traer la cultura de cervezas artesanas a Madrid.
10 años más tarde, La Virgen es una cerveza artesana ha traspasado fronteras y se ha consolidado como una de las cervezas artesanas mejor valoradas del panorama actual.
Entrevista a César, Director de Marketing de Cervezas La Virgen.
César, ¿qué es Cervezas La Virgen? Ya su propio nombre nos habla de ‘pureza’ y nos da una pista…
Cervezas La Virgen es un proyecto que nació en San Francisco: yo trabajaba en una agencia de publicidad y fue donde conocí a mis socios. Allí descubrimos el mundo de la cerveza artesana, de los Brewpub, sitios donde se hace cerveza y se puede comer y beber en el mismo sitio… y pensamos que sería estupendo traer ese concepto a España, donde no había mucha cultura cervecera y creíamos que podía funcionar, porque somos un país donde nos gusta cañear y tapear. Así que dejamos nuestra vida en San Francisco y montamos Cervezas La Virgen en 2011.
Diez años después hemos conseguido hacer cultura cervecera, posicionarnos como una de las cerveceras más importantes en el sector kraft nacional y seguir haciendo lo que nos gusta.
¿Cuáles fueron las principales dificultades que encontrasteis al emprender?
Creo que, como siempre, lo más difícil (en mi caso) es arriesgarte a dejar un trabajo y abandonar una ciudad fantástica como es San Francisco por un proyecto que no sabía si iba a salir bien.
Luego está el asunto de las ayudas, que si existen tardan en llegar; o licencias de apertura, que siempre son complicadas de gestionar… Así que cuando me piden un consejo a la hora de emprender siempre digo que no cuenten con ayuda de nadie ni de nada, que piensen en salir adelante con su propio esfuerzo, y luego, si llega esa ayuda, bienvenida sea.
También es bonito emprender en tu propio proyecto pero hay que saber que es muy duro.
Nosotros nos hemos pasado cuatro o cinco años trabajando un montón de horas al día, fines de semana incluidos, y haciendo de todo: elaborando la cerveza, repartiéndola, haciendo eventos, montando barras, montando grifos, como feriantes prácticamente… hasta que hemos podido ir contratando y delegando funciones.
Es muy satisfactorio, pero muy duro. A veces me llaman de masters de emprendedores para dar charlas y siempre doy la parte realista (no negativa).
Emprender es lo más bonito si te sale bien, pero también es duro y es importante saberlo para no llevarte un chasco y pensar «yo prefiero un trabajo, mis ocho horas al día...».
¿Cómo ha crecido Cervezas La Virgen en estos diez años?
En 2011 empezamos cuatro personas haciendo cerveza nosotros mismos, embotellándola y repartiéndola, y abríamos los viernes por la tarde para que la gente pudiera catarlas. Al año siguiente crecimos un 70%; el siguiente, un 80%... hemos evolucionado a un ritmo casi del 90% cada año. Cuando cambiamos de fábrica éramos ya 60 personas y, a día de hoy, somos 120.
La facturación también ha ido creciendo. Y dicen que crecer duele: hay que saber delegar, saber hacia dónde ir y también no crecer en exceso para no sacrificar ciertas cosas.
Hay que aprender cómo crecer sin perder los valores iniciales de la compañía.
El sector de la cerveza artesana crece a un ritmo de en torno al 30 ó 50% cada año (en época pre-COVID) y si quieres estar en ese mercado también tienes que crecer a ese ritmo.
Nosotros siempre hemos pensado que Madrid merecía una cerveza mejor, que España merece una mejor cultura cervecera, y pensamos que es lo que ha aportado Cervezas La Virgen. Ahora hay las cervezas que había antes, ¡y muchas más!
Hemos sido el motor de esa revolución de la cerveza de calidad.
En un paseo por vuestra fábrica vemos que la artesanía no está reñida con la tecnología, porque habéis invertido mucho en I+D+i para conseguir la mejor cerveza artesana…
Pensamos que la tecnología debe aplicarse no a abaratar costes, sino a mejorar la calidad.
Imagínate: al principio cogíamos la botella, la metíamos en una llenadora, se daba la vuelta, la cogíamos a mano y la chapábamos a mano… Ahora la máquina que embotella y chapa la cerveza lo hace muchísimo mejor y más rápido que yo, lo que se traduce en calidad de la cerveza.
El problema surge cuando tú como cervecera enfocas esa tecnología en abaratar ciertos costes: ahí llegan los problemas.
Cuando viene la gente al tour y a conocer cómo se hace Cervezas La Virgen les choca toda la tecnología que tenemos con el concepto ‘artesano’, pero la realidad es que ambas cosas son compatibles. Sobre todo, si enfocas esa tecnología en hacer más y mejor cerveza.
En Cervezas La Virgen hacemos siempre la mejor cerveza que podemos. De hecho, por ejemplo, podríamos hacer mucho más marketing, pero nos hemos enfocado en invertir en mejores equipos, mejores embotelladoras, comprar barriles de calidad, mejorar nuestro laboratorio…
¿Cuál es vuestro público objetivo?
Es complicado, porque si vienes cuando estamos abiertos al público y ves la gente te darás cuenta de que no hay un patrón concreto.
Decimos que es una persona curiosa, que le gusta descubrir cosas nuevas y disfruta conectando con marcas con las que se identifica en cuanto a los valores que transmiten.
También es una persona cervecera, que no tiene por qué dejar de lado las cervezas de toda la vida, sino que entiende que el panorama ha crecido y tiene más donde elegir.
Por resumir, cuando elaboramos un perfil tipo decimos que nuestro público objetivo suele ser gente de entre veintimuchos a cuarenta y pocos años, hombre y mujer casi a partes iguales, pero sobre todo gente que cuando va a un restaurante pide la recomendación del chef, o acude a un sitio donde nunca ha ido porque le apetece descubrir cosas nuevas… Es decir, que tiene una actitud inquieta.
¿Y cuál dirías que es vuestra cerveza estrella?
Nuestro buque insignia, que fue nuestra primera cerveza y de la que estamos más orgullosos, es nuestra Madrid Lager, una reinterpretación de la cerveza que se ha tomado aquí toda la vida, la rubia, la caña de siempre.
Otras cervezas artesanales comienzan con cervezas muy lupuladas y amargas, muy alcohólicas, porque identifican el concepto artesanal con esto, pero nosotros pensábamos que nuestra primera cerveza debía permitir estar en los grifos de Madrid y para ello has de tener una rubia, una Lager.
Por eso hicimos nuestra reinterpretación y conseguimos una cerveza de la que la gente más mayor nos dice: «¡Así es como yo recuerdo que se hacía la cerveza antaño!».
Una cerveza que sabe a cereal, a lúpulo, con cierto cuerpo. Eso para nosotros es un triunfo: despertar los sentidos de la gente que bebe nuestra cerveza.
Hablas de Madrid como vuestro eje, pero dicen que «de Madrid al cielo»… ¿La Virgen también está experimentando esa ‘ascensión’ en el mercado nacional?
El mercado de la cerveza es muy regionalista: cada zona tiene su cerveza clásica y sabíamos que teníamos que hacernos fuertes primero en Las Rozas, luego en Madrid… Que nos quisieran nuestros vecinos y luego, poco a poco, extendernos como una pequeña mancha de aceite.
Es cierto que ahora estamos en el mercado nacional, pero nuestra esencia es de cerveza madrileña 100%.
En una empresa que apuesta tanto por la tecnología, la digitalización también habrá sido un elemento ‘fundador’...
Piensa que nosotros venimos del marketing digital: aunque pasamos a hacer un oficio manual y en una primera fase todo era muy del boca a boca, de mirar a la gente a la cara y explicarles tu proyecto, llega un momento en el que tu círculo se acaba y tienes que dar el salto a la digitalización.
Para nosotros era clave transmitir lo que se vive aquí, en la fábrica, a través de las redes sociales o a través de la web. Y mucha gente a la que le suena Cervezas La Virgen va a buscarte en el mundo online, así que tienes que estar ahí, intentando transmitir los valores, la pureza, «sin trucos, sin prisas»…
Y, claro está, la digitalización nos ha servido para desarrollar la venta online, que durante la pandemia ha sido un boom de repente: la gente se ha dado cuenta de que puede encargar cerveza a los propios productores.
Esto ha servido para ver que podemos comprar a los productores sin intermediarios con los beneficios que ello conlleva, tanto en precio como en frescura, en novedad, en acceso a productos que no están en grandes superficies…
Obviamente no se han compensado las pérdidas tan grandes que hemos tenido en hostelería, pero sí ha sido el gran descubrimiento: que la gente sepa que se puede comprar cerveza desde la fábrica.
De hecho, ahora que está tan de moda suscribirse a plataformas digitales, nosotros tenemos una suscripción mensual que se llama El Birrero, en la que puedes elegir tres planes diferentes y recibes la cerveza cada mes en tu casa y siempre con alguna sorpresa: una cerveza especial que ha ideado el maestro cervecero especialmente para El Birrero y sus suscriptores.
Además, te contamos historias y curiosidades del mundo de la cerveza, recomendamos libros o películas relacionadas con la cultura cervecera, o recibes un poco de lúpulo para tocarlo u olerlo…
¿Y por qué elegisteis a GoDaddy para registrar vuestro dominio web?
Elegimos a GoDaddy porque mis socios, antes de trabajar en la agencia de publicidad, tenían otra empresa de venta de productos de kitesurf y su página web estaba alojada en GoDaddy. Así que cuando montamos La Virgen lo hicimos con GoDaddy… ¡y así seguimos!