Desde carpas a anchoas o ballenas azules. Todos estos habitantes de los mares y los océanos son los protagonistas de la marca de accesorios y complementos Don Fisher.
En sus casi 10 años de andanza, la marca cuenta con casi 200 puntos de venta en 35 países diferentes y ha conquistado el corazón de celebrities de la talla de Claudia Schiffer.
Seguimos siendo un equipo pequeñito gestionándolo todo y la empresa sigue teniendo el alma y la personalidad que tenía al principio, muy indie.
Entrevista a Lorena y Julia, alma de Don Fisher
Cuéntanos qué es Don Fisher y qué le ofrecéis a vuestros clientes
Don Fisher es una marca de accesorios y complementos inspirados en los océanos y sus habitantes marinos. Ofrecemos estuches, bolsos, mochilas… con forma de esas criaturas marinas o inspiradas en ellas.
A todos esos productos les llamamos cariñosamente Bonitos, y Don Fisher es el nombre del capitán que surca los siete mares en busca de todos estos Bonitos increíbles.
¿Cómo surgió el proyecto?
Don Fisher nació por un cúmulo de circunstancias. En realidad, la idea de hacer estuches en forma de pez nació exactamente mientras Julia estaba en el supermercado. Un día, haciendo la compra, vio que sería buena idea montar una pescadería con “bonitos”, es decir, con objetos y productos que eran bellos para ella. Unos días después, la madre de Julia pensó que Bonito también era el nombre de un pez y fue ella quien tuvo la idea de crear unos patrones de estuches que tuvieran forma de pez. ¡Así empezó todo!
¿Cómo fueron los comienzos y qué barreras os encontrasteis a la hora de emprender?
Los comienzos no fueron fáciles, pero los recordamos con mucho cariño. El gran acierto de Don Fisher fue ir poco a poco: Julia empezó en 2013 prácticamente sin recursos y, en vez de precipitarse, decidió tomárselo con calma e ir creciendo orgánicamente, sin prisas. Este planteamiento ha hecho que hoy la empresa siga adelante de manera sostenible.
Las barreras más difíciles de sortear que nos encontramos fueron infinitas: hacer los productos totalmente desde 0 sin saber coser, crear una empresa sin ser empresarias, encontrar proveedores sin saber dónde empezar a buscar, hacer fotos sin ser fotógrafas…
Las dificultades fueron (y siguen siendo) infinitas, pero cada día es un reto y merece mucho la pena.
¿Ha cambiado mucho Don Fisher desde entonces? ¿Cómo es ahora y qué cambios han sido los más relevantes para vuestro negocio?
Ha cambiado, sí, pero la esencia sigue intacta. Obviamente en todos estos años la empresa ha crecido: ya tenemos casi 200 puntos de venta en 35 países distintos y hemos visto que nuestros productos gustan a celebrities de la talla de Claudia Schiffer, algo inimaginable cuando comenzamos. Aun así, seguimos siendo un equipo pequeñito gestionándolo todo y la empresa sigue teniendo el alma y la personalidad que tenía al principio, muy indie.
Háblanos de vuestros clientes. ¿Quién suele confiar en vuestra marca?
Nuestro cliente tipo es una mujer de entre 25 y 40 años, interesada por el diseño, las tendencias y también por la artesanía, que sabe que una forma distinta de consumir es posible, que valora quién hay detrás de la marca, su historia y su universo. También es mamá y busca productos bonitos y con personalidad para su peque.
¿Cuál sería el sello de distinción de Don Fisher? Ese que hace que os elijan frente a otros competidores.
Nuestro sello de distinción es el diseño de nuestros productos, que está pensado hasta el más mínimo detalle (¡las espinas en el interior de los peces!). Por supuesto también el “handmade in Barcelona”, que en los tiempos que corren es todo un orgullo producir en España.
Si se puede contar, ¿qué proyectos os gustaría llevar en un futuro con Don Fisher?
Nuestro sueño siempre ha sido el de abrir una “pescadería" en Barcelona. Una tienda muy cuidada que vendiera nuestros productos en un mostrador como el que hay en las pescaderías, con un interiorismo muy bonito, que arrancara un “¡guau!” a todo aquel que la visitara… que fuera toda una experiencia.
Allí también nos gustaría vender una selección de productos de diseño poco conocidos en España, marcas o proyectos pequeños y que cuesta encontrar en nuestro país pero que son preciosos y llenos de significado.
¿Por qué elegisteis GoDaddy para estar en Internet?
Cuando empezamos con el proyecto supimos que durara lo que durara necesitábamos una plataforma fiable, una “casa” en la red que nos ofreciera la tranquilidad de tener apoyo siempre que nos surgieran dudas o problemas que nosotras no supiéramos resolver.
¿Qué ventajas dirías que tiene el mundo online frente a lo presencial?
Creemos que después de la pandemia la venta online se ha disparado.
Mucha gente que antes necesitaba ir a una tienda física para comprar ha encontrado en internet tiendas que ofrecen un servicio más cómodo y rápido, nosotras nos incluimos.
A pesar de ello, y aunque sabemos que el futuro es digital, creemos que una tienda física te ofrece ventajas que difícilmente serán reemplazables, como el trato humano, tocar y ver en persona los productos antes de comprarlos… Ojalá poder combinar las dos opciones algún día.
Y un último consejo para quienes se estén planteando emprender...
Si sientes que es lo que te apasiona, ve a por ello. No hace falta ser rico para empezar, no hace falta tener el apoyo de todo el mundo, incluso habrá a quien le parezca una locura… Pero empieza poco a poco, sin dejar ese colchón seguro que te protege, y cuando vaya tomando forma lánzate a la piscina.
No es un camino nada fácil, pero lo compensa todo.
