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“Bailar me ayuda a entender la vida y a entenderme a mí misma”

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Leticia Calvo

Gabriela Garza combina sus dos pasiones en su vida laboral: la danza y el coaching. A raíz de la pandemia causada por la COVID-19, ha descubierto las ventajas del mundo online para llegar a personas de todo el mundo.

Hablamos de sus dos proyectos como emprendedora, de su vocación, de las principales barreras que se ha encontrado a la hora de emprender y de cómo el mundo online ha cambiado su vida.

Entrevista con Gabriela Garza, bailaora de flamenco y coach

 ¡Hola, Gabriela! Estamos muy felices de contar contigo en el blog. Cuéntanos cómo empezaste en el mundo de la danza.

Me inicié de pequeña, en mi ciudad natal Monterrey, a los 11 o 12 años. Primero con ballet clásico, después en la danza contemporánea, pero déjame que te cuente una pequeña anécdota que me marcó y responde en buena parte a la pregunta.

Yo estudié la primaria en un colegio de monjas, y una de ellas era nuestra profesora de baile folklórico mejicano. Un día en clase, nos dijo bajando el tono de voz, como si nos quisiera contar un secreto -yo imagino que por su condición de religiosa lo que nos iba a decir o a enseñar no sería bien visto por su superiora-: “Niñas, hoy vamos a cambiar un poco. Les voy a enseñar un baile que es de otro país, tiene mucha fuerza, mucho sentimiento y mucha -bajando aún más su tono de voz- pasión, y se llama flamenco”.

De repente empezó a mover sus manos, sus pies  y a cambiar su expresión, postura… Vamos, que la monja se transformó en un instante. Recuerdo que, en ese momento, pasó algo en mí: me despertó la curiosidad, aún puedo sentir esa sensación cuando lo recuerdo y haber pensado “esto es lo que yo quiero hacer: bailar”.

Sin embargo, no empecé a formarme en flamenco hasta los 16 o 17 años. Antes de meterme de lleno en esta danza, me formé en danza contemporánea, ballet y otras disciplinas. Además, paralelamente terminé mis estudios y me gradué de Diseño y Mercadotecnia visual.

A pesar de que no ejercí profesionalmente, mis estudios me fueron útiles en mi carrera, tanto en el mundo de la danza como a la hora de abordar procesos creativos y en la producción de mis espectáculos.

¿Cómo y cuándo surgió la idea de lanzar tu propio proyecto?

Llevo desde muy joven dedicada al baile, muchos años en exclusividad. Más adelante, y por circunstancias de vida y por mis propias inquietudes, empecé a incursionar en desarrollo humano y formarme como Coach ontológico, PNL, Mindfulness y otras disciplinas.

Esta formación me ha llevado a mirar y experimentar el baile, tanto en el escenario como en la enseñanza, desde otra perspectiva y de una manera más profunda y de integración.

Nunca me he alejado de la danza, ya que ésta forma parte de mí y no solo a nivel profesional: bailar me ayuda a entender la vida y a entenderme a mí misma. De alguna manera, me ayuda a encontrarme.

Entrevista a Gabriela Garza

¿Cómo fueron los comienzos y qué barreras te encontraste a la hora de emprender?

Existen diferentes perfiles de emprendedores y razones o motivaciones para emprender. Puedo decir que, en mi caso, soy emprendedora vocacional.

Me considero una emprendedora nata: toda mi vida he trabajado de forma independiente.

La primera experiencia fue al decidir, después de haber acabado la carrera, que quería convertir mi amor a la danza en mi profesión.

La primera barrera fue el de lidiar con la creencia de que el baile no es un trabajo “normal”. Y claro que no lo es, pero yo siempre sentí que el mundo creativo, en este caso el baile, era lo que quería hacer, y creo que cuando lo tienes tan claro no hay obstáculos que te limiten.

Otras de las barreras fue la no tener un sueldo fijo y/o el tener horarios a veces un poco descabellados, no tener vacaciones… Con esto quiero decir que no todo es miel sobre hojuelas como se dice, pero en mi caso siempre ha valido la pena y “la alegría”.

Y sobre todo que nunca, a pesar de los momentos difíciles, me he arrepentido. Cuando crees en lo que haces y tu pasión es tu medio de vida, yo lo considero una suerte.

¿Ha cambiado mucho tu proyecto desde entonces? ¿Cómo es ahora y qué cambios han sido los más relevantes para tu negocio?

¡Por supuesto que ha cambiado! El ser humano está en constante movimiento y la vida es movimiento. A veces nos obliga a ello de manera abrupta. En mi caso, en ocasiones ha sido así: he vivido en 4 países y eso me ha llevado a tener que reinventarme y empezar de cero muchas veces, a desarrollar nuevos talentos, a reciclarme, a seguir aprendiendo…

Y, como he dicho anteriormente, el incursionar en el mundo del desarrollo humano y la experiencia que he adquirido con los años me han aportado distintas herramientas que ahora utilizo tanto en mis proyectos personales como en la enseñanza, actuaciones, cursos, sesiones de coaching, de baile etc.

Háblanos de tus clientes. ¿Quién suele confiar en ti para aprender flamenco?

A lo largo de mi camino como profesora de baile, he tenido la suerte de tener toda clase de personas con distintos intereses a la hora de acercarse al baile. Desde quienes desean dedicarse a este arte, preparando a bailarinas profesionales, como personas que solo lo hacen por hobbie, para moverse, hacer ejercicio, etcétera… O también por rehabilitación de enfermedades, porque aman bailar y eso les ha ayudado a mejorar su estado físico, mental y emocional.

Mi misión de alguna manera es motivar y despertar el amor al baile, a disfrutar la danza y el movimiento y todos sus beneficios.

¿Cuál sería tu sello de distinción? Ese que te hace diferente tanto como artista como profesora…

Después de haber pasado por muchos estados en cuanto a mi relación con el baile, lo que busco ahora es poder tocar la emoción de las personas a través del baile. Despertar emociones, tanto en el escenario como en la enseñanza.

Más allá de hacer coreografía, enseñar pasos, o montar bailes, es el poder tocar la emoción de las personas a través del baile.

En la enseñanza, no se trata únicamente de transmitir el baile como actividad de diversión, esparcimiento o pasatiempo. Debemos acompañar a las personas a que descubran que nuestro cuerpo es un gran aliado cuando aprendemos a sentirlo y a expresarnos a través de él. A descubrir nuestras emociones a través del movimiento, del ritmo, de escuchar la música y dejarse llevar.

Siempre digo que en mis clases busco que mis alumnas salgan de la sala con una sensación distinta de como entraron, que por unas horas consigan desconectarse de lo de fuera para conectar con lo de dentro, con ellas mismas.

Si se puede contar, ¿qué proyectos te gustaría llevar en un futuro en el mundo de la danza?

En estos momentos tengo dos proyectos que he creado con el corazón.

Uno de ellos con el objetivo de llegar un poquito más allá del solo ver un espectáculo de baile.  Se titula “Aporía” y es un espectáculo que estrenamos el año pasado en el festival de danza LDC. En él, a través de la música, el baile y la poesía he querido transmitir el camino emocional reflejado en el cuerpo cuando se vive dentro de una relación tóxica afectiva: el paso de un estado a otro y cómo aceptar y reconocer esas emociones es tan necesario para romper con ese círculo.

Es un tema desgraciadamente muy actual, y creo que es necesario visibilizarlo de todas las maneras posibles. Una de ellas es a través del baile, la música, la poesía, y  poder sensibilizar sobre ello.

Entrevista a Gabriela Garza

Lo hemos presentado en varios lugares como el Centro Cultural Casa de Vacas de Madrid, el Instituto Cultural de México en España o en La Peluquería de Chueca. Me ha sorprendido la respuesta de muchas mujeres que, después de ver el espectáculo, se han sentido identificadas. De alguna manera, les ha despertado algo que quizás contado de otra forma no habría surgido.

Mi otro proyecto lo inicié justo antes de empezar la pandemia con resultados muy positivos. En él uno mis dos pasiones: la danza y el coaching. Se trata de talleres de gestión emocional a través de la danza (DECC, danza energética y conciencia corporal).

La danza y el movimiento consciente son una herramienta muy poderosa de autoconocimiento y de expresión. Para bailar, para moverse en la danza, no es necesario ser profesional, ni tener aptitudes físicas ni experiencia.

Todo el mundo puede bailar y beneficiarse de aprender a escuchar a tu cuerpo y a usarlo como aliado en el crecimiento personal.

¿Por qué elegiste GoDaddy para estar en Internet?

Cuando pensé en crear mi página web (no soy experta, pero si muy inquieta y me gusta intentar hacer siempre cosas distintas que tengan que ver con la creatividad) pregunté a una querida amiga que conoce del tema y ella me sugirió Godaddy.

Y casualmente -o casualmente, como me gusta decir-, apareció Clara Ávila. Ella ha sido mi alumna de flamenco, y me guió y ofreció usar el Creador de Páginas Web. Esta herramienta me facilitó mucho lanzarme a crear mi página.

Lo encontré muy ágil, sencillo y con un acompañamiento del servicio técnico excelente.  Siempre resuelven mis dudas.

¿Qué ventajas dirías que tiene el mundo online frente a lo presencial?

Trabajar online ha sido una de las cosas positivas, dentro de lo duro que obviamente ha sido todo, que la pandemia nos ha dejado a quienes trabajamos por nuestra cuenta. El poder llegar a personas de distintos lugares lejanos para compartir tu trabajo es algo que quizás yo nunca habría hecho de no ser por las circunstancias. A mí me ha abierto muchas posibilidades, sin duda.

Y un último consejo para quienes se estén planteando emprender…

Que siempre escuchen a su corazón, además de tener claridad en tu proyecto y lo que quieren.

Emprender da miedo y vértigo. Conlleva mucho esfuerzo y a veces se hace muy cuesta arriba.

Requiere valentía, pero intentar las cosas a pesar del miedo que a veces produce ya supone valentía, y la sensación de hacer aquello en lo que crees y te hace feliz no tiene precio.

Como me gusta decir, merece la pena y la alegría.

Sobre todo, no hay peor intento que el que no se hace. El mundo necesita personas creativas, valientes y atrevidas.

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