Graphext es una herramienta que permite realizar multitud de análisis de datos avanzados sin escribir una sola línea de código. De esta manera, empresas de lo más diversas y diferentes departamentos pueden tomar decisiones estratégicas basadas en datos reales.
Hemos conseguido hacer un producto muy potente y a la vez muy rápido y fácil de usar una vez te familiarizas con unos pocos principios.
Hablamos con Victoriano Izquierdo, su cofundador, sobre cómo surgió el proyecto y cómo ha evolucionado a lo largo de los años.
Entrevista a Victoriano Izquierdo, cofundador y CEO de Graphext.
Cuéntanos qué es Graphext y qué ofrecéis a vuestros clientes.
Graphext es una herramienta para hacer análisis de datos avanzados sin escribir código. De tal forma que la gente que toma las decisiones estratégicas en las empresas sea capaz de en pocos minutos responder por ellos mismos a preguntas difíciles con datos.
¿Cómo y cuándo surgió el proyecto?
Miguel, mi socio, y yo veníamos de hacer Contexto.io, una herramienta realizar análisis avanzados de datos de redes sociales.
Nos dimos cuenta de que gente que trabajaba en departamentos de marketing o comunicación se sentía súper empoderada analizando por ellos mismos ese tipo de datos.
Nos contaban cómo de limitados se sentían con otras herramientas de análisis como Tableau o PowerBI, donde tenían que pedir siempre a alguien que les ayudara a responder preguntas nuevas y eran procesos que les llevaba semanas.
Por lo que en la práctica, aunque la empresa gastaba mucho dinero en infraestructura para recopilar datos y analizarlos, raramente se tomaban decisiones estratégicas usándolos.
¿Cómo fueron los comienzos y qué barreras os encontrasteis a la hora de emprender un proyecto así?
Emprender siempre es muy duro porque las ideas no valen nada, lo que cuenta es la ejecución y dos recién graduados que ni siquiera habían trabajado en otra parte era toda una incertidumbre de cuál iba a ser nuestra capacidad. Pero la ilusión, dedicación y ganas no nos faltaron.
Eso unido al apoyo temprano de otros emprendedores del ecosistema, como los fundadores de CARTO, permitieron que levantáramos nuestra primera ronda de financiación de Kfund, con lo que pudimos crear un pequeño equipo para construir un prototipo con el que pudimos firmar los primeros clientes.
Háblanos de vuestros clientes. ¿Quién suele confiar en vosotros?
Tenemos miles de personas usando la versión gratuita y ya cerca de un centenar usando la versión de pago.
Tenemos todo tipo de clientes y casos de uso.
Desde empresas grandes que meten datos de sus clientes e intentan predecir quién va a dejar de pagarles, a otros que intentan encontrar fraude, a empresas farmacéuticas que buscan la combinación de variables que predice que un fármaco funcione mejor, a empresas que analizan qué dicen sus clientes en los mensajes de soporte a supermercados que tratan de comprender qué productos se suelen comprar juntos.
¿Cuál sería el sello de distinción de Graphext?
El haber conseguido hacer un producto muy potente y a la vez muy rápido y fácil de usar una vez te familiarizas con unos pocos principios.
¿Hace cuánto tiempo tenéis la página web del negocio?
¡Cerca de 5 años!
¿Por qué elegisteis GoDaddy para estar en Internet?
Desde que soy adolescente he usado GoDaddy, es una de las marcas más longevas de internet que sigo usando.
La marca siempre me ha parecido muy fresca y a nivel de producto tiene muchas características que me transmiten la seguridad de que nunca perderemos un dominio por un despiste.
¿De qué manera os ha ayudado la página web en vuestro negocio?
La web es el escaparate de cualquier negocio online. Tienes microsegundos para que se fijen en ti.
Cada vez tenemos la atención más dispersa en montones de interfaces. Conseguir diseñar algo atractivo e informativo y conciso es un reto que no paramos de iterar y mejorar.
También hemos empezado a hacer una estrategia de contenidos para que nos encuentren más por buscadores.
¿Y un último consejo para quienes se estén planteando emprender?
Prepárate para pasar entre 1 y 5 años atravesando un desierto subido a una montaña rusa de emociones. No es algo para todo el mundo ni para todos los momentos vitales. Pero si te pica, igual merece la pena probar. Ah, y busca compañeros de viaje que te complementen y a la vez os podáis admirar el uno al otro.