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“La forma en que gestionamos y utilizamos la tecnología también influye en la forma en que esta nos afecta”

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Leticia Calvo

María Zabala es periodista y autora del libro Ser padres en la era digital. En la actualidad, compagina su puesto como directora del Área de Sociedad y Tecnología en Alabra con iWomanish, su blog centrado en familia, tecnología y ciudadanos digitales.

En su día a día, trabaja de manera directa con familias, instituciones, empresas y sector público desarrollando iniciativas ligadas a la cultura digital, tanto en el ámbito de la divulgación como de la formación.

“Mi objetivo es cambiar la manera en que informamos sobre tecnología y sobre los múltiples resultados de nuestra interacción individual y colectiva con esa tecnología, en cualquier ámbito. Todo lo digital no implica solo un impacto desde el exterior hacia el interior, de la tecnología sobre los usuarios, sino que los que somos usuarios producimos también cambios, en la propia tecnología y en la sociedad. Mi objetivo es contribuir a la reflexión y capacitación globales, en términos de habilidades técnicas y también de marco mental, para reconocer nuestros propios sesgos y aprender a convivir con nosotros mismos, con los demás y con la tecnología”, afirma.

Hablamos con María de cómo surgió el proyecto, de los principales retos que asumen las familias en el entorno tecnológico y de divulgación en el mundo de la cultura digital.

Entrevista a María Zabala, periodista especializada en sociedad digital y fundadora de iWomanish

¿Cómo y cuándo empezaste en el mundo de la cultura digital?

Mi primer acercamiento a lo digital en el ámbito profesional fue alrededor de 2009 o 2010, cuando trabajaba en una empresa de consultoría. En aquel momento, se comenzó a percibir la necesidad de que los profesionales de la empresa incorporaran herramientas digitales a su perfil para mejorar el servicio a los clientes.

Yo trabajaba en la gestión de cuentas y también en la gestión de cliente interno, así que tuve que familiarizarme con distintas redes sociales para sacarles provecho de manera profesional. Y, a su vez, acompañar y motivar a mis compañeros en esta transición hacia lo digital y tratar de impulsar su formación en las redes sociales predominantes de aquel entonces.

Este fue el primer contacto profesional que tuve con entornos digitales. Si bien es cierto que iWomanish nació como proyecto en 2015, todo este proceso de inmersión en lo digital me llevó a descubrir que quería emprender mi propio proyecto y hacer cosas nuevas.

¿Quiénes dirías que son tus referentes? Esas personas que te inspiran en tu día a día…

Durante la primera etapa no tenía referentes concretos. Todos estábamos experimentando con las redes sociales, blogs y páginas web.

A medida que surgieron las preocupaciones sobre el uso seguro y responsable de Internet, me inspiraron varios referentes tanto en Estados Unidos como en Europa. Marialice Curran, del Instituto de Ciudadanía Digital, Devorah Heitner o Janell Hofmann, por ejemplo. En Europa, Sonia Livingstone, profesora en la London School of Economics. Todas ellas me han brindado valiosas ideas sobre cómo abordar la divulgación en torno a la interacción entre las personas y la tecnología, especialmente en el caso de los menores de edad. Y también cómo hacerlo desde el punto de vista del rigor.

¿Qué es iWomanish y cuándo surgió el proyecto?

Surgió de manera anecdótica en realidad. Yo estaba interesada en emprender un proyecto propio y, en aquel entonces, mis hijos eran pequeños. En casa siempre hemos sido un poco techies y early adopters, lo que hacía que mucha gente de nuestro entorno nos preguntara cómo gestionábamos en casa el tema de la tecnología.

Este tema me interesaba mucho y quería participar de la experiencia con mis hijos conforme tomaban contacto con dispositivos, plataformas o entornos digitales.

Empecé a encontrar a otras personas que ya trabajaban en la divulgación sobre el tema y vi un nicho y una oportunidad. Así, empecé a escribir en un blog que poco a poco fue evolucionando hacia otras cosas.

De esta manera surgió iWomanish, que por entonces era como me llamaba a mí misma en algunas redes sociales. Era una especie de marca personal y, al final, se quedó así.

No hubo mucha estrategia, más bien fue una casualidad. Pero siempre con la verdad y con la intención de informar sobre los distintos aspectos de la sociedad digital y las implicaciones de la tecnología en nuestra vida cotidiana.

¿Cómo fueron los comienzos? ¿Ha cambiado mucho el proyecto desde entonces?

Me pasaba horas encerrada en una habitación de mi casa, escribiendo y estudiando sin parar. Utilizaba las redes sociales para compartir el contenido que iba generando y poco a poco fui creando un mapa mental de las personas y los temas que me interesaban.

No había nada más que mi pasión por escribir y aprender sobre la sociedad digital.

Pero tuve la suerte de que, después de un año de producir contenido de calidad y compartir el trabajo de otros, empecé a ver una mayor interacción y un público más amplio. Así fue como mi proyecto fue creciendo y surgieron nuevas oportunidades, creo que por una combinación de suerte y esfuerzo.

En el entorno familiar, ¿cuáles son los principales retos a los que nos enfrentamos en el entorno digital?

Uno de los principales retos que a los que nos enfrentamos actualmente en relación con la tecnología es la disponibilidad de información de calidad para las familias.

Es más fácil acceder a productos y servicios tecnológicos, como móviles, tablets, redes sociales, videojuegos y plataformas digitales en general, que a información detallada sobre cómo utilizarlos y gestionarlos adecuadamente en el hogar. Especialmente, cuando se trata de menores de edad.

Esta falta de información adecuada y clara nos lleva a enfrentar otros retos, como problemas de privacidad, uso indebido de datos, ciberseguridad, problemas de conducta, uso compulsivo, acceso temprano a contenidos….

Otro reto que quiero destacar es la narrativa que se ha construido en torno a la tecnología digital, especialmente en lo que respecta a los menores de edad. Si bien es cierto que existen riesgos y peligros asociados al uso de internet y de las redes sociales, es importante reconocer que las personas también tienen un impacto sobre la tecnología que utilizan. Algo que veamos en la Red podrá tener un impacto sobre nosotros, pero lo que decidamos hacer con eso que hemos visto tendrá de vuelta otro efecto, sobre otras personas, sobre las dinámicas digitales, sobre nuestras vidas analógicas.

Un reto más concreto, finalmente, es la falta de equilibrio en la forma en que las familias permiten el acceso de los menores a la tecnología digital. Algunas familias prohíben el acceso por completo para proteger a sus hijos, mientras que otras permiten un acceso sin restricciones -lo que puede ser peligroso y problemático-.

La clave está en encontrar un equilibrio adecuado, y para ello es necesario tener una implicación material, funcional y experiencial en el uso de la tecnología por parte de los menores de edad.

En otras palabras, es importante tener en cuenta qué tecnología está al alcance de nuestros hijos, cómo la preparamos antes de ponerla en sus manos, y cómo compartimos las experiencias que vivimos con esa tecnología. Estos tres niveles de implicación son fundamentales para conseguir un equilibrio razonable en la convivencia con tecnología digital en el hogar.

¿En qué otros proyectos estás inmersa ahora mismo?

Recientemente, me he unido al equipo de comunicación en Alabra para liderar el área de sociedad y tecnología. Este proyecto me permite crecer como iWomanish y poder desarrollar más iniciativas que tengan que ver con la divulgación y la comunicación sobre el impacto de la tecnología en la sociedad, y viceversa, desde el diseño y la regulación de entornos digitales hasta iniciativas de concienciación o responsabilidad social.

Es un proyecto muy nuevo, pero tengo muchas ideas y estoy entusiasmada por el potencial que tiene.

Si se puede contar, ¿qué proyectos te gustaría llevar en un futuro?

Muchos, pero es cierto que me resulta complicado priorizar mis ideas. Mi sueño ingenuo, por así decirlo, es contribuir a cambiar la narrativa en torno a la tecnología y cómo la vemos.

Me gustaría que la gente entienda que la construcción de la sociedad digital no es algo ajeno a nosotros, que dependa de los dueños de Silicon Valley, los políticos y los reguladores. Todos somos parte de ella y podemos influir en su desarrollo y su uso.

¿Por qué elegiste GoDaddy para estar en Internet?

Por cercanía con el proyecto. Es una marca de referencia internacional que se toma su labor en serio. En el mundo web, es muy importante apostar por la seguridad y la estabilidad.

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¿Qué ventajas diríais que tiene el mundo online frente a lo presencial?

Soy una defensora de seguir potenciando la conversación y la interacción entre ambos mundos. En mi caso, es en los entornos digitales donde surge el 90% de las nuevas oportunidades de negocio que me han permitido crecer.

En el caso concreto de la familia y la tecnología, el mundo online me ha permitido acercarme a mis hijos y conocer de cerca sus experiencias. Ver cómo juegan a un videojuego, incluso jugar con ellos, estar en la misma red social y tener un chat en el que compartimos situaciones y anécdotas me permite conocerlos mejor y estar más cerca de ellos.

El mundo online, en términos generales, nos permite ser más eficaces a la hora de gestionar nuestro tiempo, pero también nos distrae. Nos ayuda a aprender y conocer, pero también a encerrarnos. Esa contradicción constante, más que preocuparme, me reta. Y ahí entra mi compromiso por poner el foco en la propia tecnología (regulación o transparencia de apps, redes, etc.,) pero también en las decisiones informadas y en la responsabilidad personal. Hay muchas personas clamando constantemente un mensaje apocalíptico, en el que lo digital parece estar a punto de acabar con todo lo bueno de la Humanidad, pero yo prefiero ser más optimista, al mismo tiempo rigurosa, sin ingenuidad.

Personalmente, creo que la mayor parte de nosotros intentamos que todo conviva de una manera equilibrada. A pesar de que la narrativa social es tremendamente pesimista, quiero pensar que está por ver que sea así realmente. En general, creo que como sociedad estamos intentando adaptarnos y encontrar un equilibrio entre lo analógico y lo digital.

Así que no soy tecnófoba, aunque tampoco me vale tecnología ‘de cualquier manera’.

Y un último consejo para quienes se estén planteando empezar en el mundo de la cultura digital…

Si me preguntas sobre mi experiencia en el mundo profesional te diré que, en mi opinión, la clave es el rigor y la paciencia. Aunque es tentador caer en la trampa de lo viral, yo animaría a los profesionales de la comunicación y la divulgación a enfocarse en la calidad de su trabajo y a tener paciencia en la construcción de su reputación.

En cuanto a la cultura digital en general, creo que la generosidad es fundamental. Muchos profesionales en Internet solo hablan de sí mismos y no se preocupan por los demás, pero en mi experiencia, hablar de lo que hacemos y también de lo que hacen los demás, y compartir nuestros éxitos, ha sido clave para construir mi visibilidad en la red y mi networking.

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