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«Si eres creativo debes seguir, aunque no tengas un proyecto sobre la mesa»

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Leticia Calvo

Paloma de Alba es sastre escénica. Desde pequeña, su vida ha estado ligada a las artes escénicas. Tras estudiar patronaje, el vestuario escénico le permitió vincular su pasión por la danza con su profesión.

Dado que diseño y confecciono, esta dualidad me permite crear sobre la materia, en esa burbuja que se crea en el taller con todos los materiales.

Paloma creó su taller hace más de 4 años, desde el que diseña y confecciona prendas de vestuario de producciones teatrales.

Entrevista a Paloma de Alba, sastre escénica

Paloma, cuéntanos en qué consiste tu proyecto de sastrería escénica.

Todo comienza con mi formación de modistería y patronaje. Me especialicé en sastrería de caballero y prendas pesadas y comencé a trabajar en grandes empresas de la industria textil.

De forma paralela, mi vida siempre ha estado vinculada a las artes escénicas: antes de formarme en patronaje estudié la carrera de danza y me he criado en este mundo. Hacer vestuario escénico me permitía vincular mi pasión con la profesión que estaba creando.

Para quien no lo conozca, ¿cuál es el trabajo de una diseñadora de vestuario escénico?

En mi caso hago tanto el diseño (es decir, la parte creativa) como la confección de las prendas para otros figurinistas (para proyectos audiovisuales, series, fotografía, piezas de textiles para arte contemporáneo…).

He diseñado y realizado el vestuario de obras como Tartufo, de Ernesto Caballero; En tránsito, de Antonio Castro; Dolores, de Selu Nieto; Marta la piadosa, de Vanesa Martínez; o El rock and roll ha muerto, de Canco Rodríguez.

También he trabajado en la realización de vestuario para series, por ejemplo Libertad, de Enrique Urbizu. En este proyecto se construyeron más de 200 prendas con vestuario de época de finales del siglo XVIII, ideado por la figurinista Patricia Bonet. Y podría citar, además, Historias para no dormir, de Paco Plaza, con Ana López Cobo como figurinista.

Entrevista a Paloma de Alba

¿Cómo y cuándo surgió tu proyecto emprendedor?

Lo cierto es que en un principio no me planteé «quiero crear una empresa».

Compaginaba mi trabajo con diseño de vestuario para diferentes proyectos, y un día me di cuenta de que tenía tanta maquinaria en mi casa que necesitaba más espacio.

Así que poco a poco fui apostando por darle un impulso al diseño de vestuario. Eso implicaba aprender cuestiones técnicas para afrontar todo lo que supone trabajar en un teatro, porque yo venía del taller, de la sastrería pura y dura, así que le di una vuelta y lo vinculé a la construcción de prendas para personajes.

Fue en 2017 cuando monté mi taller y aposté por mi emprendimiento.

Háblanos de tus clientes. ¿Quién es tu target?

Me contratan los directores de teatro o los productores. Cuando se crea una obra de teatro el director es la base del proyecto y busca su equipo. Normalmente me llaman para diseñar porque conocen mi estética y mi manera de trabajar en diseño de vestuario.

Si hablamos de la confección, al taller vienen figurinistas, diseñadores o profesionales encargados de las producciones.

¿Cuál sería el sello de distinción de tu sastrería? Ese que hace que te elijan frente a otros profesionales de la competencia.

Mis diseños se caracterizan mucho por el estudio del color. El color me inquieta a la hora de componer.

Y también es importante resaltar que, dado que diseño y confecciono, esta dualidad me permite crear sobre la materia, en esa burbuja que se crea en el taller con todos los materiales.

Me gusta jugar con los materiales: yo tengo la idea, patrono, creo, pinto… y por eso el proceso de confección también es creativo, en un sistema integral y circular.

Si tuvieras que elegir una prenda fetiche, ¿cuál sería?

El abrigo. En general, las prendas exteriores, pesadas. Lo último que te pones. Es mi especialización. Son las más difíciles de trabajar y me gustan porque las ves por fuera y no sabes el secreto que llevan por dentro. Son como una caja de sorpresas, que encierran mucho más de lo que puedes percibir a simple vista.

La pandemia de la COVID-19 ha golpeado duramente la economía, pero de forma muy especial sectores como el de las artes escénicas, que se han visto sometidos a grandes restricciones. ¿Cómo te ha afectado?

Me ha afectado en el sentido de que hay que seguir creando, sin parar. Aunque te obliguen a encerrarte, la mente no para y sigue su camino. Tú la guías.

Si eres creativo debes seguir, aunque no tengas un proyecto sobre la mesa.

Por eso mi manera de sobrevivir a la pandemia ha sido seguir trabajando. Y no tener miedo a lo que viene, porque al fin y al cabo vivimos en un mundo de incertidumbre en el que nunca sabes cuál será el siguiente proyecto. Así que te diría que he afrontado lo incierto con más ganas incluso.

La pandemia lo que ha hecho ha sido subir la intensidad de mi día a día.

Y no sólo eso: me siento muy afortunada porque desde que hemos vuelto a la actividad tengo un proyecto detrás de otro.

¿Qué aporta la digitalización a un negocio tan artesanal como el tuyo?

Muchísimas cosas: por ejemplo, la innovación digital textil, trabajar los diseños a través de los ordenadores.

Entrevista a Paloma de Alba

Patrono a ordenador, puedo maquetar e imprimir mis propios diseños, realizar piezas en 3D, cortar vestuarios en corte láser…

La innovación digital es fundamental para avanzar en el sector.

¿Por qué te decidiste a crear la página web con GoDaddy? ¿Cómo crees que te ayudará a impulsar tu negocio?

Este otro aspecto de la digitalización era fundamental para mí. Necesitaba una página web para darme a conocer, porque lo cierto es que a mí me conoce quien trabaja conmigo. Mi negocio funciona por el boca a boca, pero necesito la visibilidad de un escaparate digital como la página web.

¿Cuáles son las principales trabas que encontraste a la hora de emprender?

La burocracia, la falta de ayudas… Se te pasa tu tarifa plana y pagas lo mismo todos los meses, ingreses lo que ingreses. Tengo la suerte de que mi familia me apoya mucho y mi ‘piscina’ está llena. Sentirte arropada es fundamental… pero lo cierto es que los emprendedores trabajamos mucho para sobrevivir.

¿Algún consejo para quienes se estén planteando emprender?

No tener miedo a lo que pasará. Abrazar la incertidumbre: nos da miedo, pero si la abrazas puedes descubrir cosas que nunca te has planteado. Y eso es el emprendimiento.

Es muy duro, no hay horarios, no se descansa…

Hay que ser muy tenaz y tener mucha paciencia y constancia, pero al mismo tiempo la felicidad que te da cuando puedes decir que te dedicas a lo que amas es lo más importante.