Zapato Feroz es una marca de calzado que apuesta por los zapatos que no interfieren en el día a de las personas.
En Zapato Feroz tenemos una comunidad con la que queremos cambiar la forma de ver la infancia y de tratar a los peques.
Esta marca nació como un side project y, en poco tiempo, se ha convertido en una referencia en el mercado del calzado. Hablamos con Laura, su cofundadora, de los inicios, del motor que mueve Zapato Feroz y de los proyectos que tienen pensados para un futuro.
Entrevista a Laura, cofundadora de Zapato Feroz.
¡Bienvenida, Laura! Estamos felices de poder entrevistarte en nuestro blog. Cuéntanos qué es Zapato Feroz y qué le ofrecéis a vuestros clientes.
Zapato Feroz es una pequeña marca que ofrece calzado que no interfiere en el día a día de las personas. Son zapatos muy ligeros, muy flexibles, que simulan el andar descalzo y el respeto al pie. Cualquier peque que lleva nuestros zapatos se siente muy libre, muy seguro.
Es otro concepto alejado del calzado habitual, menos próximo a la moda y más cerca de la salud.
¿Cómo y cuándo surgió el proyecto?
Yo trabajaba para diferentes marcas de calzado internacionales a nivel europeo. Y, por mi trabajo, viajaba muchísimo por todo el mundo a la caza de tendencias. Cuando nació mi peque, mis compañeros de trabajo me regalaron unos zapatos de este concepto, muy lejos de lo que había.
Se los puse y, como madre, me gustaron. Intenté encontrar ese tipo de calzado en España y me fue imposible. Así, pensé en crear este producto pero mejorado, pues le encontraba ciertas carencias.
Por otro lado, Héctor, mi pareja, tenía en mente dejar su trabajo para poder conciliar mejor a raíz de nacer Roc. Y, aunque él tenía otras ideas de negocio, yo me adelanté y así empezamos a hacer los primeros zapatos.
¿Cómo fueron los comienzos y qué barreras os encontrasteis a la hora de emprender?
Pues los comienzos fueron muy fáciles, dentro de una medida. Zapato Feroz nació de la no necesidad, como un proyecto paralelo.
En ese momento, cada uno tenía su trabajo. Es cierto que en nuestros planes de futuro entraba la idea de dejar ese puesto por cuenta ajena. Especialmente, en los de Héctor, pues no tenía tanta flexibilidad horaria y quería disfrutar más del peque.
Al principio, teníamos muy pocos pedidos. Fabricábamos los zapatos al lado de casa: yo compraba materiales y era algo paralelo, sin expectativas. De hecho, preparábamos los pedidos por la noche.
Pero, gracias al boca a boca hizo que fuéramos creciendo poco a poco. Y, a su vez, a mí me resultaba cada vez más difícil estar tanto tiempo fuera de casa a causa de los viajes de trabajo.
Ahí fue cuando echamos nuestras cuentas y decidimos dedicarnos al 100% a nuestro proyecto.
¿Ha cambiado mucho Zapato Feroz desde entonces? ¿Cómo es ahora y qué cambios han sido los más relevantes para tu negocio?
Cuando decidimos dedicarnos 100% a Zapato Feroz, nos tiramos a la piscina de verdad. Invertimos en la profesionalización del producto y aportamos todos los recursos necesarios para mejorarlo.
En aquel momento, teníamos 2 años de gracia en los que no teníamos expectativas de obtener grandes ganancias, y los empleamos para invertir.
Invertimos en crear el producto que nosotros queríamos para nuestro peque.
Queríamos mantener el concepto pero, a su vez, diseñar un zapato que fuese factible encontrar en cualquier zapatería y que pudiese pertenecer a cualquier gran marca.
Háblanos de tus clientes. ¿Quién suele confiar en vuestra marca?
Nuestros clientes son, mayoritariamente, madres que tienen otra mentalidad, que intentan conciliar, que respetan a sus peques y valoran su tiempo junto a ellos. Y que, al fin y al cabo, quieren lo mejor para ellos.
Nos une una mentalidad acerca de la crianza, unos valores comunes.
Entendemos esta convivencia bajo la mirada del respeto, sabiendo que los peques son personas individuales. Por ello, los tratamos como tal, dando autonomía, anticipando y explicando qué vamos a hacer en cada momento que vamos a interactuar con él o ella.
Es una relación de acompañamiento totalmente diferente a la que había antiguamente, en la que el adulto estaba por encima del niño. Obviamente, el adulto debe tomar las decisiones importantes, pero, a la hora de acompañarlo y de cuidarlo, debemos respetarlo.
¿Cuál sería el sello de distinción de Zapato Feroz? Ese que hace que os elijan frente a otros competidores.
Al fin y al cabo, en Zapato Feroz tenemos una comunidad con la que queremos cambiar la forma de ver la infancia y de tratar a los peques. Es esa forma de pensar la que nos une: de ver la infancia, más que el producto en sí.
La infancia es la base de una sociedad, y queremos construir las bases de una sociedad respetada, libre y feliz.
En Zapato Feroz no hablamos tanto de las características de nuestros productos. Nos interesa más que el peque esté contento, que pueda quitarse los zapatos solo, que se sienta autónomo, la forma de ponerse los zapatos… Al fin y al cabo, nos interesa más su desarrollo que el zapato en sí.
Lo principal que nos diferencia es haber creado esa comunidad basada en unas creencias concretas. Quienes formamos parte nos hemos encontrado por los zapatos, pero que no es lo único que nos une.
Si se puede contar, ¿qué proyectos os gustaría llevar en un futuro con Zapato Feroz?
Ahora, vamos a ir un poco más allá: vamos a construir nuestra propia tienda conceptual desde cero. Obviamente es un proyecto que no está pensado para hacer negocio, sino para compartir con la comunidad.
Hemos comprado una parcela cerca de donde vivimos, en contacto con la naturaleza, donde crear tanto las oficinas como un espacio polivalente. Así, los peques podrán venir a jugar, podremos organizar conferencias interesantes…
Al fin y al cabo, un punto de encuentro para que esta comunidad tenga un sitio donde compartir, experimentar e intercambiar opiniones.
El concepto ya lo tenemos: la idea de que los niños vuelvan a jugar a las calles. Vamos a emplear unos pequeños bloques de construcción para formar el espacio y construir una imagen de pequeñas casas que, entre sí, forman un pueblo.
Todo este concepto va ligado al movimiento libre, no verás nada estructurado. Un espacio 100% ligado a los valores de nuestra comunidad.
¿Por qué elegiste GoDaddy para estar en Internet?
Cuando apostamos por el cambio de hosting, quisimos cambiar el agente registrador de dominio. Nuestra idea era separar dominios de hosting, y confiamos en GoDaddy.
¿Qué ventajas dirías que tiene el mundo online frente a lo presencial?
Principalmente, tener el contacto directo con el consumidor, sin intermediarios. Y, así, tienes información de primera mano muy valiosa para tu empresa.
Para mí es oro puro poder obtener esta información de primera mano. Sabemos qué les gusta a nuestros clientes, que no les gusta o los problemas que tienen, y podemos reaccionar muy rápidamente, rectificar y mejorar nuestra marca.
¿Y un último consejo para quienes se estén planteando emprender?
Que disfruten de los inicios, sin prisas. Antes no es mejor. Si tienes que emprender, lo mejor es no tener expectativas. Sé que es complicado, pero necesitar resultados inmediatos condiciona mucho el proyecto y eso puede ser negativo.
Por ello, yo aconsejo que su emprendimiento no sea su negocio principal. Que, quien quiera emprender, tenga otro trabajo que le permita vivir y que disfrute de su negocio. Lo primordial es ir poco a poco, controlando todo los procesos y el producto.
No te convierte en alguien mejor escalar tu negocio antes.