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Proyectos rentables: Mantén activo tu negocio de diseño web con estos consejos

lectura de 10 minuto(s)
Mike Killen

Cualquier proyecto web tiene potencial para ser rentable, pero la rentabilidad del mismo depende de ti. ¿Alguna vez notaste que no conseguías el dinero suficiente para pagarte un sueldo? ¿O que sin importar el tamaño del proyecto, tenías problemas para sacar rentabilidad de tu trabajo?

Hay un gran error a la hora de entender lo que significa tener beneficios. Se suele decir que el beneficio es lo que queda una vez descontados gastos y otros costes. Manos arriba, ¿quién pensó alguna vez que nunca sacaría/tendría beneficio al acabar un proyecto?

Francamente, durante años no estuve seguro de si mis webs eran rentables o no. Su tamaño y proyección parecían aumentar, ¿pero realmente estaban generando dinero?

En resumen, aunque tengas experiencia y algunos clientes, podrías tener problemas con tus ingresos. Una gran parte de la ecuación que puede que falte es que estás ignorando el margen de beneficio de tus propios proyectos.

Más allá de poder tener tu propio sueldo, la mayoría de mis proyectos nunca dieron la impresión de ser rentables. Siempre sentía que, desde el inicio no iba a tener más recorrido. Sentía que un proyecto iniciado no daba más que para recuperar el dinero y pagar algunas facturas, pero no podía hacer que mitigasen los dolores de cabeza y el estrés generados.

Crear un proyecto web rentable en 5 pasos sencillos

Crear proyectos rentables implica introducir aspectos como costes mensuales, gastos generales, salarios, etc. desde el principio. Echemos un vistazo a los factores a tener en cuenta para crear una web rentable:

  1. Determinar el precio.

  2. Costes personales.

  3. Considera los gastos mensuales.

  4. Determinar los costes del proyecto.

  5. Añadir márgenes de beneficio en tus precios.

Trabajo como coach en WP Elevation y también enseño a cómo crear y vender embudos de conversiones. Nuestra agencia se ocupa de una parte concreta del diseño de una web y, desde que empezamos a seguir este camino, hemos visto un gran crecimiento y una gran rentabilidad en nuestra empresa.

Lo que hemos hecho entre mi socio, nuestro equipo, nuestros directores y yo es demostrar que no solo somos rentables, sino seguros financieramente.

Así pues, estos son los pasos a dar para ser rentables.

1. Determinar el precio

Imagen del contador de un taxi

Lo más importante que necesitas hacer para tu negocio es establecer el precio que quieres cobrar. Para muchas empresas online, es un gran cambio en lo que entendemos como precio y costes de proyecto. Hemos alimentado la idea de que es el mercado quien marca los precios cuando en realidad son las empresas las que deben hacerlo.

Pregúntate a ti mismo, ¿cuánto dinero quieres ganar por proyecto? Mucha gente se fija en este detalle y dice “Vale, quiero ganar 100.000€ por proyecto.”

Mi respuesta a esta pregunta es la misma siempre. “Está bien, pero ¿qué vas a ofrecer para ganar ese dinero?”

Determinar el precio antes de nada ayuda a decidir lo que vamos a ofrecer a cambio.

La mayoría de negocios online ofrecen varios productos y servicios pensando “¿cuánto voy a cobrar por esto?” Determinar el resultado a obtener antes de marcar precios a menudo lleva a la gente a rebajar el precio y cobrar menos. Quizá quieras recortar algo sobre lo que deberías cobrar en vez de establecer el precio estándar por tu cuenta.

A veces suceden cosas graciosas cuando fijas el precio con antelación. Pongamos por ejemplo que mañana voy a depositar 25.000€ en tu cuenta corriente por un proyecto web. No hay nada que puedas hacer al respecto, no se puede devolver el dinero.

Ahora dime lo que me ofrecerías por el dinero que te pagué, para que éste se considere una inversión valiosa. Escribe el precio que quieres cobrar por proyecto y luego haz una lista de las cosas que vas a dar a cambio.

Piensa en cómo justificar el resultado final que puedes ofrecer por una cantidad de dinero, en contraposición a lo que cobres por los servicios que quieras dar.

Una vez claros los costes, resulta mucho más fácil saber qué vamos a ofrecer. La realidad es que el precio no tiene nada que ver con saber el número de clientes con los que vas a trabajar.. Sé de muchos negocios que han perdido clientes porque sus precios eran demasiado bajos.

Si todavía tienes dificultades para fijar un precio, piensa en términos de ingresos anuales. ¿Cuánto dinero necesitas ganar para estar cómodo? A mí me hace falta más o menos un mes para finalizar un proyecto web. Sé que mi objetivo es ganar 100.000€ al año.

Por tanto, acabar 10 proyectos a 10.000 euros cada uno sería una forma de conseguir el objetivo marcado para un año. Ahora echo la vista atrás y debo pensar “¿Qué voy a ofrecer por esos 10.000 euros?”

2. Costes personales

Imagen de muchos plátanos colocados en un supermercado

En segundo lugar necesitas hacer una lista de tus costes mensuales. Estos costes deben incluir aquellas cosas que necesitas para vivir, como por ejemplo:

  • Facturas
  • Alquiler / hipoteca
  • Comida
  • Salir
  • Hijos
  • Colegio
  • Ropa
  • Otros

Estos son los gastos personales que cualquier ser humano tiene que pagar a diario, cada semana, cada mes...

Si no somos realistas sobre la cantidad de dinero que necesitamos ganar para vivir, nunca vamos a ser capaces de establecer y mantener proyectos rentables.

Si alguna vez las has pasado canutas para pagar las facturas, un alquiler o cualquier otro gasto, no se puede pensar “necesito recortar aquí” (aunque pueda darse el caso), sino que debes evaluar tu presupuesto y analizar tus márgenes de beneficio.

Si no tienes claro cuál es tu presupuesto personal, todo lo que viene después no va a tener sentido. La rentabilidad de tu negocio está vinculada a cuánto dinero necesitas para sobrevivir.

3. Considera los gastos mensuales

Fíjate ahora en los gastos corrientes que debes pagar. Deberían ser inferiores a tus gastos personales, los que tienes para vivir. En este grupo se pueden incluir:

  • Alquiler de oficina
  • Asistente virtual
  • Hosting
  • Viajes
  • Software

Hay otros costes relacionados de los que quizá ni te hayas dado cuenta. La mesa donde trabajas es algo obvio, pero ¿qué pasa con la gasolina que le echas a tu coche para desplazarte? ¿Los programas informáticos que pagas mensualmente? ¿O el programa de análitica web que has instalado en tu ordenador?

De la misma forma que nuestros gastos personales, debemos asegurarnos de tener un presupuesto mensual para el negocio. Examina cuánto dinero gastas al mes en tu negocio y qué gastos son.

Los gastos generales son costes que va a tener tu negocio aunque no tengas clientes activos.

Los alquileres, tu plan de hosting o el software se tienen que pagar sí o sí, aunque no tengas clientes o ingresos en tu cuenta durante un mes.

4. Determinar los costes de un proyecto

Imagen de varios billetes encima de una calculadora

Veamos en qué consisten. ¿Recuerdas cuando decidimos antes lo que íbamos a cobrar por acabar un proyecto web? Retomemos el ejemplo de los 10.000 euros que pusimos antes.

Esto se puede usar incluso para propuestas que envíes a clientes y proyectos que se salgan de lo que realizas normalmente. El objetivo es asegurarse siempre de trabajar en proyectos rentables.

Para empezar, enumera los productos, servicios y lo que ofreces al finalizar el proyecto. Puedes incluir cosas como plantillas, plugins, alojamiento web, horas de mantenimiento y cualquier otra cosa que puedas vender de cara a facilitar la finalización del proyecto, como por ejemplo:

  • Servidor de pruebas
  • Hosting
  • Plantillas
  • Paquete de plugins
  • Desarrollo
  • Diseño

Éstos son algunos ejemplos de los costes en los que puedes incurrir al trabajar en un proyecto. En mi opinión, desglosar los costes no está siendo un método muy empleado por los negocios de desarrollo y diseño web. Si no eres capaz de entender cuánto va a costar arrancar un proyecto, no vas a conseguir rentabilidad en ningún momento.

Míralo como si fueses a hacer una tarta. Puedes decir que una tarta con todos los aderezos es una inversión aceptable, pero también debes sopesar el coste individual de cada componente. ¿Cuánta harina usarás? ¿Cuánto fondant debe tener? ¿Huevos? Se trata de ajustar al máximo la mezcla.

Saber cuánto cuesta cada parte de forma individual te ayudará a determinar si el dinero gastado está bien invertido o no, sin importar el aspecto final del producto.

5. Añadir márgenes de beneficio a tus productos

Imagen de varias monedas y un billete de 10 euros

Finalmente, necesitamos establecer el margen que queremos obtener en el precio que marcamos. Teniendo en cuenta el precio que hayas fijado por cada proyecto finalizado, al menos el 5% debe ser tu ganancia neta. Con esto me refiero al beneficio real que obtengas, tus ahorros que no vas a tocar para que sigan creciendo.

Si retomamos el precio de 10.000 euros que marcamos antes, 500€ sería tu ganancia neta que siendo estrictos no podrías reinvertir en otros proyectos. Un 15% se dedicaría al pago de impuestos, aunque esto depende de si en tu caso el tipo impositivo es más alto o más bajo.

Es obvio que parte del presupuesto de un proyecto se dedica solo al pago de gastos extra que no son parte del trabajo en sí. Recuerda que el precio que fijes por trabajo no sirve solo para cubrir costes.

El siguiente trozo del reparto se lo llevan los costes del proyecto y tus gastos generales, que pueden suponer un 30% del precio final, con independencia del tiempo que necesites para finalizar el trabajo que te hayan encargado. Es posible que se dé el caso de que para tener un proyecto rentable debas aumentar el precio a cobrar o bien debas reducir la cantidad de productos o servicios que entregues a tus clientes.

No caigas en la trampa de pensar que puedes modificar tus ganancias o impuestos para poder cubrir los costes de un proyecto. Acabarías entrando en una espiral descendente de la que es difícil salir.

El 50% final lo debes dedicar a tus gastos personales. Como antes, no caigas en la trampa de pensar que puedes cambiar este porcentaje para pagar gastos de proyecto, impuestos o beneficio personal. Tampoco trates de recortar presupuesto de este apartado para rebajar el precio del proyecto. Rebajar el importe no hará que tu trabajo sea más atractivo.

Encuentra al cliente adecuado

Ahora que sabes cómo establecer la rentabilidad y tus beneficios, te toca priorizar tu cartera de clientes. La queja más escuchada en estos casos es que “mis clientes nunca pagarán lo que debería pedir.”

La realidad es que algunos clientes sí son rentables y otros nunca lo serán.

Por un lado, un proyecto que cueste 10€ puede ser rentable, mientras que hay proyectos de 10.000 euros que son una ruina absoluta. También se dan casos de plugins que se venden por 80 euros y son totalmente rentables. El tema es que el precio final no determina siempre la rentabilidad.

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