En un mercado laboral altamente competitivo, las soft skills de los candidatos a un empleo cada vez toman más relevancia para las empresas.
Pero, ¿cuáles son las más valoradas por los departamentos de recursos humanos y cómo entrenarlas?
¿Qué son las soft skills?
Piénsalo por un momento. Imagina que acudes al departamento de atención al cliente de una clínica dental porque tu hija ha tenido una fractura dental a causa de una caída en el colegio. Al otro lado del teléfono, te encuentras con una persona que carece completamente de empatía y que únicamente te da una cita para dentro de una semana en lugar de adaptarse a un caso de urgencia. ¿Cómo sería tu experiencia con dicha empresa, y qué repercusiones tendría para ti como cliente?
Cualidades como la empatía, la capacidad de adaptación al entorno, la comunicación o la predisposición a colaborar afectan al desempeño diario del equipo de una empresa, tanto de manera individual como a nivel global.
Todas ellas son tremendamente valoradas por las empresas en la actualidad, y se engloban dentro de la categoría de soft skills.
Por definición, las soft skills -o habilidades blandas en español- son una serie de cualidades sociales y emocionales que forman parte del bagaje de un individuo.
En el pasado, las empresas se centraban meramente en aspectos académicos y curriculares para elegir a las personas que iban a contratar. Es decir, las conocidas como hard skills.
Sin embargo, en la actualidad los departamentos de recursos humanos le dan más importancia las soft skills a la hora de contratar a nuevos integrantes del equipo.
Pero, ¿cuáles son las habilidades blandas más buscadas por las empresas? Vamos a verlas a continuación.
¿Cuáles son las soft skills más demandadas por las empresas?
Si estás en búsqueda activa de trabajo o estás pensando en dar un cambio en tu vida laboral, ¡esto te interesa!
Vamos a detallar las 13 soft skills más valoradas por los departamentos de recursos humanos de las compañías:
- Inteligencia emocional
- Asertividad
- Capacidad de comunicación
- Proactividad
- Colaboración
- Capacidad para aprender -learnability-
- Creatividad
- Pensamiento crítico
- Persuasión
- Capacidad de liderazgo
- Compromiso
- Capacidad de adaptación
- Resiliencia
¿Cuántas de estas cualidades crees que posees, y cuáles podrías mejorar?
Inteligencia emocional
Las emociones juegan un papel fundamental en nuestra vida. No solo en la manera en la que una persona identifica y gestiona sus emociones. También en la forma en la que es capaz de conocer y regular las emociones de los demás.
Atrás ha quedado esa máxima de separar lo profesional de lo personal. Esta prevalencia de las emociones en nuestro día a día afecta directamente al entorno laboral en el que nos desarrollamos.
El concepto de inteligencia emocional fue descrito por primera vez por el psicólogo Daniel Goleman. Se define como la capacidad de expresar, entender, regular y gestionar las emociones, tanto propias como ajenas.
En un ambiente laboral, esta soft skill cobra una especial relevancia. Por un lado, para que los trabajadores sepan gestionar sus emociones en momentos más complejos de estrés o posibles conflictos.
Por otro, para que los líderes sepan propiciar un ambiente de trabajo respetuoso en el que los empleados y las empleadas de la empresa puedan potenciar al máximo sus capacidades.
Asertividad
La asertividad es, al igual que la inteligencia emocional, otra cualidad relacionada con nuestra manera de afrontar las situaciones y de comunicarnos con otras personas.
Definimos asertividad como la capacidad de una persona de comunicarse de manera clara, respetuosa, firme y, a la vez, basándose en el respeto y en la empatía hacia el prójimo y hacia uno mismo.
Por lo tanto, afecta directamente a cómo manejamos los conflictos o las relaciones que tenemos con otras personas.
La asertividad favorece la resolución de conflictos en un entorno en el que prima el respeto y el consenso.
Afecta directamente a las relaciones interpersonales que se desarrollan en el ambiente laboral y a la construcción de un ambiente de trabajo agradable dentro de la empresa.
Capacidad de comunicación
La comunicación es la base de toda empresa, tanto de manera interna entre los empleados como hacia los clientes, proveedores y otros agentes externos de la misma.
Comprender los mensajes que nos están llegando de otros emisores, saber dar respuestas adecuando el tono y el estilo de la comunicación en función de a quién nos estamos dirigiendo y tener la capacidad de expresarse de manera clara y respetuosa es vital para todos los integrantes de una empresa.
Por lo tanto, la capacidad de comunicación está relacionada directamente con la escucha activa.
Y, como no, con las aptitudes de comunicación escrita -especialmente relevantes en el entorno digital actual-.
Proactividad
La proactividad en el trabajo es otra de las soft skills más demandadas por las empresas.
Definimos proactividad como la cualidad para tomar el control absoluto de tus propios actos, tomando la iniciativa para desarrollar actividades que puedan suponer un beneficio en el entorno laboral.
Una persona proactiva es una persona activa, curiosa, creativa, con ganas de aprender nuevas disciplinas y de asumir nuevos retos.
Estas cualidades son tremendamente relevantes en el entorno laboral a la hora de contar con una persona que va a apostar por dar el máximo de su talento para con su empresa.
Colaboración
Tener personas dispuestas a colaborar con otros compañeros y compañeras de la organización en aras de conseguir un mismo objetivo es tremendamente importante hoy en día.
El trabajo en equipo potencia los resultados del trabajo individual.
Por ello, contar con personas dentro del equipo dispuestas a colaborar, a ayudarse y a sacar adelante proyectos colectivos es de vital importancia.
Algo tremendamente ligado a otras soft skills como la asertividad o la inteligencia emocional a la hora de lidiar con posibles puntos de conflicto a lo largo de los proyectos.
Capacidad para aprender (learnability)
En un mercado competitivo y en constante evolución, los profesionales deben estar en formación continua para adaptarse a las tendencias del sector.
Por ello, las empresas valoran tremendamente la curiosidad de los candidatos y de las candidatas a un mismo puesto.
La denominada learnability es la capacidad y el deseo de aprender nuevas disciplinas o habilidades.
¿El objetivo? Estar en activo en el mercado laboral, aportando soluciones innovadoras para la empresa en sintonía con las nuevas demandas y tendencias del mercado. Y anticiparse, así, a posibles propuestas de las empresas de la competencia.
Creatividad
Potenciar la creatividad en las empresas debe ser una de las máximas del liderazgo empresarial actual.
Y es que, aunque tradicionalmente asociemos la creatividad a empresas del sector publicitario, esta está presente en todos los sectores de la realidad actual.
Ser una persona creativa es vital para analizar un problema, aportar diferentes soluciones y escoger aquella que mejor vaya a solventar la solución. Y esto implica no quedarse con la solución más fácil, sino ver más allá dentro del planteamiento inicial de la problemática.
Quizá te interese: ¿Qué es brainstorming y cómo hacerlo paso a paso?
Pensamiento crítico
Tener un pensamiento crítico implica poseer la capacidad de analizar y cuestionar la realidad cotidiana, más allá de los juicios impuestos actualmente como verdad absoluta.
Un empleado con pensamiento crítico es capaz de cuestionarse el devenir actual de los procesos de la empresa, detectando nuevas oportunidades en el mercado.
Algo tremendamente relacionado con la anteriormente citada metodología de mejora continua. Y, como no, con la necesidad de ser personas creativas a la hora de enfrentarse a posibles retos dentro del panorama laboral.
Persuasión
Una persona persuasiva es capaz de convencer a otras de que hagan algo que está en su beneficio -o en un beneficio común-, según sus indicaciones.
La persuasión es una soft skill tremendamente valorada por las empresas. Y es que esta cualidad es vital de cara a tener obtener nuevos clientes, mejorar el rendimiento de los actuales e incluso de liderar un equipo.
Capacidad de liderazgo
Tener capacidad de liderazgo es vital a la hora de convertirte en un buen referente. Una persona respetada y admirada por los demás integrantes del equipo y capaz de motivar al resto de la plantilla desde el respeto y la empatía.
Una persona que esté considerada como una buena líder es capaz de coger las riendas de un proyecto, tomando decisiones adecuadas en momentos de presión. Algo vital a la hora de dirigir equipos, enfocándolos a un mismo objetivo acorde a la estrategia empresarial.
Compromiso
Las empresas quieren personas comprometidas para formar parte de su equipo. Y no solo con la empresa y con sus objetivos, sino también comprometidas con ellas mismas como profesionales.
El compromiso de un profesional afecta directamente a su motivación, su eficiencia y, por lo tanto, a su desempeño.
Capacidad de adaptación
La flexibilidad de una persona es otra de las soft skills más valoradas por las personas.
En un entorno tremendamente cambiante, contar con personas con capacidad de adaptación a los cambios es vital a la hora de operar en un entorno marcado por la incertidumbre y la necesidad de estar al última en las tendencias del sector.
Una cualidad que está directamente relacionada con la anteriormente citada learnability y con la filosofía de mejora continua empresarial.
Resiliencia
Y, por último pero no menos importante, las empresas buscan personas resilientes.
En el ámbito de la psicología, se define resiliencia como la capacidad de una persona de recomponerse tras afrontar un episodio perturbador.
Por lo tanto, la resiliencia es una cualidad tremendamente relevante a la hora de sobreponerse a situaciones adversas en el panorama laboral, como un momento de conflicto o una situación de estrés.
¿Cómo desarrollar las soft skills?
Es cierto que estas cualidades son inherentes a la persona. Pero, sin embargo, las conocidas como habilidades blandas pueden entrenarse y potenciarse.
Dada la importancia de las soft skills en la plantilla de una empresa, cada vez son más las compañías que invierten en actividades destinadas a mejorar las soft skills de sus empleados.
Sin embargo, a título personal también podemos trabajar para desarrollarlas. Por un lado, gracias a la ayuda de un profesional del ámbito de la psicología en caso de que nos veamos incapaces de gestionar correctamente nuestras emociones.
Y, por otro, teniendo la mente abierta y la suficiente predisposición y constancia para desarrollarlas en el día a día gracias a una postura reflexiva.