Hace años, cuando trabajaba con mi suegro, intentamos ayudar a uno de nuestros socios comerciales a cambiar su estrategia de product naming para mejorar los nombres de algunos aditivos que usaba para varios productos de producción animal.
Dejadme decir que los nombres iniciales eran horribles. Todo, sin excepción, era terrible. Voy a poner dos ejemplo. ¿Cómo creéis que se llamaban? Decidlos en alto.
CI 3-4 Aves de corral y CI 5-4 Cerdo.
Sí, lo sabemos...
Nuestros intentos posteriores le dieron a estos componentes un nombre más descriptivo: Vida-Global. Mucho mejor.
Aún así, ojalá hubiese sabido mucho antes en mi vida cómo nombrar un producto. No sucedió hasta que empecé a prestar atención a distintas convenciones y “reglas” que comencé a pensar en nombres buenos para las empresas y sus productos.
9 trucos para lograr una buena estrategia de product naming
Para tratar de limitar mis errores iniciales, aquí tenéis nueve claves para ayudaros a nombrar productos o incluso ponerle nombre a una empresa que estés pensando en crear próximamente.
Estos trucos no siguen un patrón ni se deben seguir de forma secuencial, ya que un par de llos - usa palabras reales e inventa palabras nuevas - ´son contradictorios entre sí. Por ello, escoge algunos y síguelos para encontrar el mejor nombre posible para tus productos.
- Piensa en docenas, sino cientos, de elecciones.
- Sé descriptivo.
- Haz que sean nombres cortos y con pegada.
- Hazlos fácil de decir y deletrear.
- Busca nombres agradables al oído.
- Usa palabras reales, pero cámbialas un poco.
- Inventa palabras nuevas.
- Verbaliza el nombre.
- Investiga para ver si no se te han adelantado.
Cuando estés listo, encuentra a alguien que eche un cable preparando la parte visual. Esto significa no olvidarte de que necesitas crear un logo nada más tengas tu estrategia de product naming lista.
1. Piensa en docenas, sino cientos, de elecciones
“La primera idea es la buena” no es la mejor manera de ponerle nombres a tus productos.
Con todo, hay opciones de que otras personas ya hayan pensado antes lo mismo que tú y ya estén usando esa idea.
La única forma de conseguir que una idea inicial tenga éxito es que inventes algo que nadie más haya visto, algo totalmente novedoso.
Haz un brainstorming con diferentes ideas sobre el producto. Piensa en palabras relacionadas con el objeto en sí, para qué sirve, los problemas que soluciona, cuál es el público objetivo del mismo, dónde se debe utilizar y demás cuestiones.
Imagina que has desarrollado una especie de luz nocturna que se activa mediante comandos de voz. Haz una lista de algunos nombres que le podrías poner, por ejemplo:
- Si se usa para la habitación de los niños.
- Para iluminar el baño en mitad de la noche.
- Como dispositivo de seguridad en una oficina.
- Una luz de baja intensidad para mascotas.
- Para gestionar la seguridad de un museo.
Todos estos usos pueden ayudarte a crear muchas ideas que se puedan convertir en nombres, cada uno basado en el lugar dónde se van a usar y quién lo necesita.
Exprímete y saca todas las palabras que puedas - para cada ocasión - y luego aplica algunos de los demás consejos para encontrar el mejor nombre posible.
Durante el proceso, analiza a tu competencia. ¿Qué tipos de estrategias de product naming están usando? ¿Están usando nombres poco deletreables o nombres divertidos? Tendrás que seguirlos al detalle. ¿Son más conservadores? Probablemente conozcan su mercado al dedillo y vean que no es el momento de arriesgarse.
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2. Sé descriptivo
Tus nombres deberían ser muy descriptivos. Deberían decirle a la gente lo que hacen tus productos o lo que deberían esperar al comprarlos. Puede que no sea algo emocionante de hacer, pero poner descripciones atractivas te ayudará a superar uno de los principales obstáculos del camino.
¿Uno de los mejores nombres de la historia? Internet Explorer, de Microsoft. Fue puesto para ir al grano, nadie duda de la utilidad que tiene porque así lo dice su nombre.
No tiene por qué ser emocionante ni evocar sentimientos, pero dependiendo del mercado al que te dirijas quizá quieras centrar en describir lo que es el producto en sí, incluso aunque sea algo aburrido.
3. Haz que sean nombres cortos y con pegada
Tu estrategia tendría que centrarse en buscar nombres cortos y que tengan gancho. Muchas veces pasa que gente no experta está al cargo de esta tarea y acaban creando un product naming malo. Nombres muy largos, sin una descripción clara, sin ingenio… La lista es extensa.
Básicamente, cuanto más largos sean los nombre, más difícil se hace conseguir captar la atención de los clientes. Los nombres largos pueden ser muy completos y descriptivos, pero se hace complicado poder recordarlos.
De forma similar, si ya tienes nombres de productos que sean de 2 o 3 palabras, procura que no sean muy largos. La gente suele abreviar las palabras y en este caso no tendrías el control de lo que hacen, pudiendo darse situaciones de que toda tu estrategia de marketing y marca acabe por los suelos tras ver cómo los usuarios llaman a tus productos con un nombre que no tuviste en cuenta.
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4. Hazlos fácil de decir y deletrear
No daré nombres, pero he visto casos que simplemente no hay por donde cogerlos, por su complejidad para pronunciarlos o entenderlos. Lo peor que puedes hacer con tus productos es lanzar un nombre impronunciable o imposible de deletrear.
Imagina que emites un anuncio donde una palabra no suena como debería y se escucha otra cosa radicalmente opuesta, o no tiene sentido. ¿Cuántas personas crees que buscarán ese término en Internet?
Si tu nombre de producto es difícil de pronunciar, la gente no hablará de él y si tampoco saben escribirlo correctamente cuando lo oyen, ¿cómo vas a esperar que lo busquen en Google? Trata de hacer las cosas fáciles y no arriesgues con palabras alocadas en tu intento de darle una vuelta de tuerca.
Lee en alto varias veces los nombres que hayas pensado y asegúrate que sean fáciles de escuchar. Y si tienes más de una palabra a la vez, escoge una estructura que permita a las palabras fluir con sencillez. También puedes escribirlo y pedirle a la gente que lo lea en alto. Si consiguen pronunciarlo sin problema, estás ante un candidato muy serio.
Sin embargo, si la mayoría de gente sufre, es hora de buscar una alternativa. No debería ser necesario explicar mil y una veces cómo pronunciar tus propuestas; hacerlo implica un posible fracaso a la vista.
5. Busca nombres agradables al oído
La eufonía consiste en analizar las palabras desde el punto de vista de su belleza auditiva sin tener en cuenta su significado. En otras palabras, se estudia cómo suena, no lo que quiere decir.
Piensa por ejemplo en la marca de bebidas Schweppes. Dilo en alto. No es un ruido tan irritante como el que se escucha en las bibliotecas. Emite un sonido profundo y rico, además de ser divertido de pronunciar. Así deben ser tus propuestas de product naming para tu negocio.
6. Usa palabras reales, pero cámbialas un poco
Existen muchas palabras del diccionario que se pueden aprovechar para tu product naming, pero a veces se hace fundamental modificarlas ligeramente para que tengan sentido en tu empresa.
Para los principiantes, fijaos que más de una marca todavía siguen aplicando la técnica de quitar una vocal de un nombre: Tumblr, Flickr, etc.
Puedes coger una palabra y cambiar quitando letras, lo que la hace única y a la vez te diferencia de la competencia.
El siguiente paso es usar metáforas.
Ford Mustang no es un caballo, pero evoca a algo rápido y potente, como un caballo salvaje. Volkswagen Jetta significa “chorro” aunque no lo sea, pero sugiere que el coche es rápido. Las metáforas sirven para nombrar productos y has cambiado el significado de la palabra.
Puedes también añadir prefijos o sufijos para crear nuevos términos. Ejemplos que todos conocemos son por ejemplo iPad, Heinz 57 o la línea E-Tech de Renault.
7. Inventa palabras nuevas
Todas las palabras, actuales y las que vendrán, se inventan así que no hay nada malo en crear un nuevo término o dos que encajen en tu estrategia de product naming. Puedes crear palabras desde un acrónimo, fusionando varias palabras en una, modificar un nombre o directamente crear una palabra totalmente nueva.
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8. Verbaliza el nombre
No me apasiona mucho pasar nombres a verbos. Algunos de los peores términos de la jerga empresarial son nombres verbalizados, como “calendarizar una reunión” o “presentaciones estrechando manos”. (En serio, alguien me dijo este concepto, y me costó mucho no tirarme de los pelos al oírlo.)
Sin embargo hay nombres de productos que empezaron como nombres y acabaron siendo verbos sonando como si fuesen naturales.
Cuando pienses en nombres de producto, mira si puedes pasar un sustantivo a un verbo que sea fácil de usar. ¿Ese nombre se deja verbalizar, es cómodo para quien vaya a comprarlo? Dilo en alto varias veces y comprueba si fluye con naturalidad al oírlo en una frase.
9. Investiga para ver si no se te han adelantado
Antes de concretar un ganador final, debes asegurarte de que ese nombre no ha sido usado anteriormente. De hecho, este paso debería darse en medio del proceso, cuando tienes varios nombres entre los candidatos para descartar los que ya existan o haya palabras parecidas en el mercado.
Para encontrar un buen nombre no hay nada como revisar a tus competidores y ver si usan esos nombres en algunos de sus productos.
Si está ocupado, sigue mirando opciones. Pero si está libre adelante, es todo tuyo. Crea una lista con las 10 primeras elecciones y luego empieza a investigar
- Busca en Google esa palabra insertada entre comillas, porque así Google te dirá si sale en frases exactas.
- Comprueba en GoDaddy si el dominio está libre para ser registrado. Si es así, cómpralo cuanto antes, aunque sea para evitar que te hagan squatting.
- Revisa cuestiones legales para evitar problemas de derechos de propiedad.
Adelante, busca con nosotros el nombre de dominio perfecto:
Si no encuentras ninguna de tus propuestas ya ocupada, ¡eres demasiado bueno! Escoge la que más te guste y empieza a darle forma a tu negocio. En caso contrario, lo mejor será que vuelvas a analizar tu trabajo y busques nuevos nombres que puedas emplear.
Por último...
Ponerle nombre a un producto es un paso crítico que debe asumir cualquier emprendedor. El nombre adecuado puede decirle a los clientes exactamente lo que estás ofreciendo y tener un mal nombre puede llevar a la gente a darle muchas vueltas a una idea y no encontrarle sentido, haciendo perderte el tiempo en tus esfuerzos de marketing.
Selecciona un nombre descriptivo que sea fácil de pronunciar y deletrear. Inventa palabras o usa palabras ya existentes y dales diferentes significados. Y no olvides analizar el mercado para comprobar que nadie te ha adelantado con ese concepto que tienes en tu mente.