Este artículo está escrito por Por Noelia Jiménez, de Pepa Málaga Fotografía.
Tener claro cómo hacer buenas fotos de tu negocio es una de las claves para conseguir atraer a tu público objetivo y enamorarlo de tu producto o servicio.
Compramos con los ojos: ya lo dice el refrán, "una imagen vale más que mil palabras". Piénsalo: cuando vas por la calle, ¿qué es lo primero que te llama la atención de un comercio? Su escaparate. Entonces, si estás en la ‘calle’ de Internet, ¿qué negocios captarán primero tu atención? Aquellos cuyo escaparate esté más cuidado. Y ese escaparate digital son las fotos de tu negocio.
Cuando hablo de "las fotos de tu negocio" no sólo pienso en la fotografía de producto (que también). Un negocio comunica desde que abre su puerta. Cómo está organizado el local, qué personas lo atienden, su decoración, su iluminación, su olor (vale, sí, el olor no se puede apreciar en las fotos, pero la atmósfera que decidas dar a tu negocio, créeme, se transmite aunque no sea visible). Por ello, si te estás planteando emprender en Internet, es importante que tu página web transmita con imágenes esos valores que tiene tu producto o servicio.
Si te preguntas cómo hacer buenas fotos de tu negocio, en este post vamos a darte cinco claves para que consigas realizar un reportaje fotográfico corporativo para contarle al mundo en fotos cómo es tu idea emprendedora.
1. ¿Qué tipo de fotos necesitas?
Antes de lanzarte a realizar un reportaje fotográfico de tu negocio (o incluso si estás pensando en contratar a un fotógrafo corporativo), has de preguntarte: ¿qué es lo que realmente necesito?
Para responder a la pregunta de qué tipo de reportaje corporativo es el ideal para ti, empieza por cuestionarte:
- ¿Tengo tienda física o local donde realizo mi actividad?
- ¿Quiero ser la imagen de mi negocio? ¿Tengo una marca personal ya reconocida?
- ¿Ofrezco los servicios de un equipo de colaboradores?
- ¿Qué características (dimensiones, colores, formas,...) tienen los productos que vendo?
- ¿Cuál es mi público objetivo?
- ¿Qué valores quiero transmitir?
Las respuestas al cuestionario anterior determinarán en buena medida cómo hacer buenas fotos y qué necesitas exactamente para tu negocio.
En líneas generales, podríamos distinguir tres grandes tipos de fotos para promocionar tu negocio en una página web:
- Fotos de producto: son imprescindibles si tienes una tienda online. Deben ‘sacar guapo’ aquello que vendes, pero siempre con la mayor fidelidad posible a la realidad (de lo contrario te la juegas en las devoluciones y en la satisfacción del cliente). Es muy importante que los muestres en detalle y desde diferentes perspectivas, para que tu público objetivo pueda hacerse una idea exacta de qué recibirá cuando compre tu producto.
- Fotos de equipo: en negocios como peluquerías, centros de belleza, academias o clínicas, el cliente quiere saber qué personas van a atenderle. Por eso es importante que ‘presumas’ de equipo en fotos corporativas cuidadas y que transmitan los valores de tu marca. Si eres tú la persona que presta el servicio de forma individual, también has de generar confianza con una buena foto profesional. Plantéate: ¿cuántas veces has googleado el nombre de una persona antes de conocerla, para saber cómo es? Pues así actuará tu cliente potencial. ¿Qué primera impresión quieres transmitirle?
- Fotos del local: si tu negocio tiene un espacio físico –restaurantes, tiendas, clínicas, etc.– la persona que te encuentre por Internet querrá saber cómo es antes de ir. Por eso es importante, a la hora de saber cómo hacer buenas fotos y que se vea cierto nivel de calidad, que saques el máximo partido de cada espacio interior que fotografíes. ¡Ah! Y tampoco te olvides de los exteriores: cuanta más información le des a tu cliente potencial, más confianza transmitirás (y más fácil será que te identifique cuando te vea).
2. Antes de la foto: inspiración y preparativos.
Una buena sesión de fotos corporativas empieza mucho antes de darle al clic. Preparar tu reportaje supone saber qué vas a fotografiar y qué sensaciones quieres transmitir a la persona que vea esas fotos.
Es muy útil hacer un tablero de inspiración (Pinterest es ideal para ello) con imágenes de otras marcas de tu sector o, simplemente, de otras firmas que te inspiren o sean una referencia para ti. ¿Qué fotos te gustan? ¿Cómo hacer buenas fotos que sean atractivas? ¿Y qué tienen en común? ¿La luz? ¿El color? ¿La composición? Saca ese mínimo común denominador y plantea con él el esquema que vas a seguir para tu sesión de fotos.
Si vas a hacer fotos de producto, una de las grandes claves es decidir si las quieres con un fondo plano (ten en cuenta que muchos marketplaces exigen fotos de producto con fondo blanco) o si, por el contrario, quieres transmitir una atmósfera más personal, con bodegones en los que entra en juego la creatividad. En el primer caso, deberás contar con una caja de luz –o tirar de maña (y de una cartulina blanca grande) para ingeniarte un fondo blanco continuo–; en el segundo caso, habrás de reunir atrezo en consonancia con la idea que quieres transmitir. Por ejemplo, si vendes galletas y quieres que tu producto se muestre en fotos más creativas, puedes emplear para tu sesión moldes, ingredientes en bruto, servilletas, paños de cocina…
3. El equipo fotográfico.
Cuando me preguntan cuál es el mejor equipo fotográfico para hacer una sesión –sea cual sea–, siempre respondo lo mismo: el que tengas. Y sé que la respuesta parece vacía, pero la realidad es que es mucho más interesante saber sacar partido a las herramientas de que dispones que invertir en un equipo súper pro con el que no sabes ni cómo empezar.
Como recomendación general, diría que un equipo básico para saber cómo hacer buenas fotos y empezar a darle otra imagen a tu negocio estaría compuesto por:
- Trípode (a ser posible, no demasiado ligero: ten en cuenta que tu cámara estará encima y no sé tú, pero yo a la mía le tengo mucho aprecio como para ponerla en un lugar donde corre peligro por ser inestable).
- Disparador (si vas a disparar a baja velocidad, hasta pulsar el botón de disparo puede producir una mínima vibración que se traduce en foto movida). Si no tienes disparador, activa el modo de disparo automático de la cámara (y ten un poco de paciencia con el tiempo de espera entre que pulsas y se hace la foto).
- Reflector (no hay que volverse loco: una superficie de cartón pluma puede rellenar esos huecos que están oscuros y hacer que las sombras sean menos intensas).
- Difusor (ídem de lo mismo: puedes amortiguar la fuerza de la luz en las ventanas poniendo folios o incluso papel de horno, aunque esto último es más recomendable para el flash).
En cuanto a las lentes, depende mucho del tipo de fotografía que vayas a hacer:
- Si quieres hacer fotos de producto con detalle, tu objetivo perfecto es un macro, que te permita acercarte y mostrar con realismo y nitidez las texturas de tu producto.
- Si vas a hacer fotos de interiores te resultará más útil un angular (35 mm o menos), para que los espacios parezcan más amplios y puedas jugar mejor con la perspectiva.
- Si vas a hacer fotos de tu equipo, una focal de 35 mm te permitirá hacer tanto las fotos de grupo como los retratos individuales (aunque personalmente me parecen más favorecedores los retratos con un 85 mm o un 105 mm).
4. La sesión.
Ya tengo la inspiración y el equipo que necesito. Y ahora te preguntarás ¿cómo hacer buenas fotos de mi negocio?
No hay una fórmula mágica para hacer fotos: cada situación exige unos parámetros diferentes y cada fotógrafo tiene su propio estilo. Pero, en líneas generales, hay varias claves que suelen funcionar:
- La luz. Elige el momento del día en el que tu local tenga mejor iluminación (esto dependerá de su orientación). Y no descartes hacer las fotos un día nublado: las nubes hacen de filtro natural y son grandes aliadas, especialmente si hablamos de fachadas.
- La orientación. Intenta evitar las fotos a contraluz. Lo ideal es que la luz llegue a aquello que quieres fotografiar de frente o en un ángulo de 45º.
- El flash. Si no sueles usar flash, es mejor que prescindas de él en las fotos de tu negocio (sobre todo si no tienes más flash que el que está integrado en la cámara). Es mucho mejor tirar de trípode y disparar a baja velocidad. Así permitirás que entre más luz en el sensor y que lo que parece oscuro en la foto no lo sea.
- Dispara en RAW. Si puedes, evita disparar en JPG: con el RAW (formato en bruto) tendrás mucha más información a la hora de editar y la calidad de tu foto será óptima.
- La ISO. Otra de las ventajas de usar trípode es que puedes disparar con una ISO baja, lo que da más calidad a la foto (o sea, menos grano). Esto es muy importante si después vas a utilizar tus fotos para impresión.
- La profundidad de campo. Es verdad que se llevan mucho los desenfoques (o sea, las fotos con poca profundidad de campo), pero cuando estamos haciendo fotos de producto o de un local es importante que todo se muestre de forma clara y nítida. En este tipo de reportajes es recomendable cerrar el diafragma (depende de la situación, pero en torno a f10). Ten en cuenta que cuando cierres el diafragma (o sea, cuando el número f sea cada vez más alto) entrará menos luz en el sensor, así que tendrás que bajar aún más la velocidad.
- Modo manual. Bueno, estamos dando por hecho que disparamos en modo manual. Es la mejor manera de sacarle el máximo partido a tu cámara. Si no te sientes cómod@, prueba con el modo A: le dices a la cámara con qué diafragma quieres disparar (en el caso del punto anterior, f10) y ella sola calcula el resto de los parámetros.
- Dispara varias tomas. No te quedes con un solo disparo de cada producto, estancia o persona. Haz varias, para asegurar.
- El foco. Asegúrate de que tu objeto está bien enfocado. La mayoría de las cámaras enfocan automáticamente cuando pulsas el botón de disparo hasta la mitad.
- Cuida los detalles. Parece obvio, pero no está de más recordarlo: quita todo aquello que esté por el medio (cables, papeles, etc.). Si haces foto de un producto, límpialo bien antes y asegúrate de que el fondo está estirado y sin defectos. No caigas en la trampa de "esto lo quito en Photoshop": te aseguro que lleva mucho menos tiempo (y menos enfado) quitarlo antes de disparar.
5. La edición.
Una vez que tienes hecha la sesión de fotos de tu negocio, llega el momento de editar. Si has decidido hacerlas por tu cuenta, sin contratar un fotógrafo profesional, lo más seguro es que quieras un reportaje sencillo. En este caso no te hará falta tirarte horas en Photoshop buscando reflejos o silueteados de producto.
Para editar las fotos de tu negocio, lo ideal es que la edición sea lo más natural posible: piensa que en ese escaparate virtual que es tu página web debes transmitir con fidelidad la imagen de tu producto o de tu local a la persona que lo vea. Si pones filtros que adulteren el color, puedes provocar rechazo cuando ese cliente entre en contacto real con tu marca.
Así, a la hora de editar asegura estos puntos:
- Fotos rectas. Es verdad que los objetivos deforman, pero intenta tomar como referencia una línea recta de un techo, un suelo o una columna para enderezar la imagen correctamente.
- Exposición adecuada. En el término medio está la virtud: intenta no ‘quemar’ las fotos con una exposición excesiva ni dejarlas demasiado oscuras.
- Color natural. Haz que las cosas tengan el color que tienen. Esto se consigue con un buen balance de blancos (que en casi todos los programas de edición es muy fácil de realizar).
Y, cuando tengas que exportar, aprovecha el trabajo y haz dos carpetas: una exportación con las fotos en alta resolución (por si quieres utilizarlas para imprimir, por ejemplo, folletos de publicidad) y otra con las fotos optimizadas para web (con la resolución adecuada para que la página no tarde en cargar).
En resumen, cuidar cada detalle es muy importante para saber cómo hacer buenas fotos de tu negocio y lograr que tu cliente se enamore de ti. Ten en cuenta que, como dijo aquel, "no hay una segunda oportunidad para una buena primer impresión".