Cada vez los consumidores tienen más peso en la relación que les vincula con las empresas. Y es que, por fin, las corporaciones han entendido la necesidad de evolucionar y ofrecer sus productos a través de los canales que surgen en paralelo al avance de la tecnología.
Al mismo tiempo, estas nuevas tecnologías proponen la posibilidad de que cualquier usuario con suficiente reputación pueda pasar a ser prescriptor de una marca, a sabiendas que sus consejos calarán entre los seguidores de esa marca, aumentando las opciones de que acaben comprando sus productos o servicios.
De esta prescripción nace la figura del embajador de marca (o brand ambassador en inglés), que pasa a ser la persona que representa la imagen de la empresa ante sus clientes, encargándose además de atraer a clientes potenciales intentando convencerles de las bondades de su oferta frente a la competencia.
En este artículo hablaremos de por qué ha aumentado el número de marcas que cuentan con embajadores personales y qué se necesita para convertirse en uno de ellos. ¡Vamos allá!
*Artículo con contenido actualizado en 2022
¿Qué es un embajador de marca?
Un embajador o embajadora de marca -brand ambassador en inglés- es un perfil que se convierte en la cara visible de una empresa. Como tal, debe mostrarse agradable para conseguir que los clientes asocien positivamente a al embajador o embajadora con la empresa y la consideren entre sus candidatas cuando piensen en satisfacer una necesidad.
A la hora de contratar brand ambassadors, lo más fácil (aunque más caro) es negociar con personalidades que tengan muchos seguidores.
A la hora de buscar embajadores de marca, muchas veces las empresas buscan un impacto por volumen de impresiones. Y que, a partir de ahí, se generen ventas por los consejos que puedan dar los famosos.
Sin embargo, se está empezando a cambiar la estrategia, buscando embajadores entre los propios empleados o en las redes sociales, con un perfil más bajo pero con la idea de contactar con aquellas personas que sí conocen el producto con detalle y pueden dar una opinión más detallada.
¿Qué tareas desempeña un brand ambassador?
Los embajadores atraen la atención sobre marcas, compañías o productos específicos tomando contacto directo o indirecto con el público objetivo seleccionado por la marca que le contrata.
Deben mostrar el mejor perfil de la empresa en diferentes ámbitos: blog corporativo, al publicar contenido en las redes sociales de la marca, cuando tiene que acudir a un evento patrocinado, etc.
La dinámica en este último caso se centra en que los embajadores deben moverse por el recinto promoviendo la marca, ofreciendo pruebas gratuitas, intentando interactuar y relacionarse con los asistentes al evento y entablar conversación, buscando siempre orientarla hacia los productos o servicios de la marca, aunque a veces también es recomendable aparcar y dar una imagen más personal. Si hablamos de redes sociales, los métodos habituales suelen basarse en publicación de imágenes, vídeos e historias que integren la oferta de la marca.
El objetivo final es que el brand ambassador logre aumentar la visibilidad de la marca con acciones como vestir la ropa corporativa o mantener en todo momento una imagen amable y positiva, que hagan ver al cliente que puede confiar en la empresa y que mantenga su fidelidad.
¿Qué hay que hacer para ser embajadora o embajador de una marca? Principales características
Te gustaría ser la cara visible de una marca. Pero, ¿cómo trabajar como embajador de marca? Convertirse en la cara pública de una marca requiere contar con una serie de cualidades y requisitos que vamos a ver a continuación.
Empatía entre embajador y marca
Es importante conocer la empresa, sus servicios y sus productos al máximo detalle, ya que no tiene sentido promocionar algo que no se sabe cómo funciona. Para solucionarlo, las empresa buscan personas con cierto grado de vinculación con la empresa, que se identifiquen con los valores promulgados, para que sean capaces de dar veracidad al mensaje que quieren transmitir.
Saber comunicar
No todo el mundo tiene el talento o las habilidades suficientes para ser capaz de hablar con los clientes y transmitirles los valores de la empresa con el lenguaje apropiado. Otra tarea fundamental es la de ser capaz de contestar a cualquier pregunta que surgir, ya que un brand ambassador tiene como papel principal el de experto, la persona adecuada a la que hay que preguntarle cuestiones técnicas sobre el producto o servicio en cuestión, y si no se tiene el conocimiento la impresión que quedará en los consumidores será negativa y de desconfianza absoluta.
Habilidades sociales
Ser comunicativo como dijimos en el apartado anterior y tener buenos contactos es la clave. Cuando un embajador debe acudir a un evento tiene que implicarse, ser extrovertido, proactivo, transmitir una imagen positiva. Al principio puede ser difícil si no conoce el sector, pero cuando ya ha entablado contactos en anteriores eventos, resulta más beneficioso para la empresa porque ya pasa a ser una persona reconocida que le permitirá ampliar el número de contactos manteniendo los que ya adquiere con el tiempo.
Si crees que tienes estas cualidades, ¡adelante! Intenta abrirte hueco como embajador de una marca, aunque no es un camino sencillo. La forma clásica de trabajar implica poseer experiencia previa como relaciones públicas y protocolo, aunque hoy en día es posible que una empresa te contacte a través de las redes sociales, sobre todo si has llegado a ejercer como influencer y manejas miles de seguidores y contactos que irán contigo allá donde vayas.
En España, empresas como Diageo o Puig trabajan con embajadores de marca de forma permanente, que representan a las marcas allá donde se les necesite. Este tipo de compañías son más tradicionales, buscando empleados que ya tengan mucho bagaje previo y conozcan de primera mano cómo actuar.
Instagram como fuente de captación de talento
Si hablamos del mundo digital, donde la sociedad ahora mismo pasa más tiempo que hace unos años, las redes sociales acaparan el tiempo que dedican los embajadores y las empresas a captar clientes. Por encima de todas, Instagram es la plataforma que más relevancia ha ganado, ya que permite publicar las fotos de los productos y servicios que se ofrecen, además de mostrar algunos entresijos de cada empresa o de cómo trabajan sus empleados, con el objetivo de acercar la empresa a los consumidores.
Para aspirar a representar a una marca en Instagram las técnicas básicas son similares a los canales tradicionales, es decir, es necesario que exista un vínculo estrecho con la marca y su oferta de productos, saber comunicar el mensaje de la empresa y saber relacionarse con tus seguidores. Solo así se puede alcanzar un nivel alto de reputación y que se tenga muy en cuenta la opinión del embajador sobre lo que ofrece.
Otra forma de poder entrar a trabajar como embajador es que las marcas se fijen en tu perfil personal y vean que tu contenido es atractivo y que generas interés en miles de usuarios. Si esta situación se produce, es posible que empiecen a contactarte para campañas esporádicas, intentando probar si vale la pena el esfuerzo.
Si todo va como la seda, te llamarán con más frecuencia y llegará un punto en el que tu trabajo se vea recompensado ofreciéndote la posibilidad de ser el embajador oficial de la marca en Instagram, donde la tarea más importante será presentar las novedades que salen al mercado y explicarlas minuciosamente, aunque también podrás publicar contenido relacionado con descuentos exclusivos, ofertas o artículos en promoción.
En esta estrategia hay matices, evidentemente, porque en Instagram no existe la relación cara a cara con los clientes. Pero sí se puede aprovechar los recursos de la plataforma, emitiendo vídeos en directo hablando sobre las características del producto a analizar, o bien otra serie de vídeos donde contestes preguntas que te formulen tus seguidores cuando quieren comprar el producto pero no tienen toda la información que necesitan.
En resumen...
Un embajador de marca puede cambiarle la vida a una empresa, si sabe a quién contactar. Y, sobre todo, si se consigue un equilibrio entre hacer que el embajador actué bajo una serie de premisas obligatorias y que sea capaz de desenvolverse él solo ante los consumidores.
Si la mezcla es perfecta, todo irá sobre ruedas: el perfil de embajador o embajadora hará su trabajo a la perfección y la empresa logrará mayores ingresos por venta de productos.