Todo el mundo, en algún momento de su vida, ha querido pasarle a un amigo o un familiar fotos, canciones u otro archivo, pero siempre se daban las circunstancias adecuadas que lo impedían (falta de cable de conexión, poca batería, cobertura, etc.). Por norma, transferir estos datos no suele presentar problemas, aunque en ocasiones acabe siendo necesario tirar de planes B como esperar a llegar a casa para conectarse a una red wifi o subir los archivos a la nube.
Existe una vía alternativa muy extendida en la actualidad que sabiendo utilizar correctamente ahorra mucho tiempo y permite compartir cualquier cosa casi de inmediato. Estamos hablando, cómo no, de la tecnología Bluetooth, sobre la cual haremos en este artículo un resumen viendo en qué consiste, cuál es su funcionamiento y dónde se puede aplicar en nuestro día a día. ¡Vamos allá!
¿Para qué sirve exactamente la tecnología Bluetooth?
La tecnología Bluetooth sirve para conectar dos dispositivos diferentes y que se habilite la transferencia de voz y datos, con el objetivo de sustituir o eliminar las conexiones por cable facilitando la transferencia desde dispositivos móviles hacia otro cualquiera.
Se creó para ser la tecnología líder en la transferencia de datos en distancias cortas y para establecer conexiones sencillas y de bajo consumo. Si la ponemos en comparación con otros sistemas de conexión sin cable como pueden ser la red WiFi o los dispositivos usb, sale perdiendo dado que no alcanza grandes velocidades, exigiendo más tiempo que las otras para enviar datos.
La aparición del Bluetooth se derivó, como podíamos suponer, de la necesidad de empezar a eliminar cables de los ordenadores y demás aparatos electrónicos, que a medida que avanzaban los años iban creciendo y acumulando periféricos que si bien daban más funcionalidades y complementaban al dispositivo central, tenían la pega de sumar más cables al entramado original.
<blockquote>Se quiso anular con la red de infrarrojos, pero consumía demasiada energía y obligaba a tener los dispositivos enfrente para permitir que la luz infrarroja hiciese su tarea. Por ello, Bluetooth fue el reemplazo natural e idóneo.</blockquote>
¿Cómo funciona Bluetooth?
Si se quiere conectar un dispositivo por Bluetooth, lo primero de todo es comprobar que tenga integrado el software que controle la transferencia de datos y el chip Bluetooth específico en su hardware. Una alternativa si no cuenta de serie con la tecnología es insertar un adaptador Bluetooth por USB y tras la instalación ya se podría empezar a usar.
El funcionamiento básico de la tecnología Bluetooth es el siguiente: al seleccionar un dispositivo transmisor de datos este se convierte en el “maestro” frente al resto, denominados en el ámbito informático como “esclavos”, que al activarse la conexión generan una red llamada “piconet”. Esta conexión dura lo que quiera la persona que ha conectado los dispositivos, o bien si el “maestro” detenga la función Bluetooth.
La clave está en que quien se conecta a una piconet debe hacerlo en proximidad al maestro y activar la función Bluetooth en su dispositivo, ya sea mediante software, panel de control o la clásica tecla con el símbolo universal de Bluetooth.
El siguiente paso sería autorizar la conexión a través de de un código PIN de 4 números que asegura dicha conexión frente a un posible ataque. Al aprobarse, queda guardada para siempre y el dispositivo aceptado en el sistema se almacena para que cuando se repita la conexión ya se haga de forma automática, salvo que no se tenga activada la función Bluetooth.
¿Cuál es su alcance?
Como todo avance tecnológico, las primeras versiones de Bluetooth tenían un alcance muy limitado, el cual aumentó con el paso de los años. El estándar en la fabricación de los dispositivos exige lograr un compromiso entre la velocidad de transmisión y la distancia a la que se puede conectar un aparato, aunque esto ha cambiado con la versión 5.0, que permite llegar a conectar dispositivos que están a 200 metros en terreno exterior y a 40 metros en habitaciones interiores.
Es importante el matiz de dónde se sitúa el dispositivo maestro y dónde están los esclavos a la hora de conectarse, y tiene un argumento lógico: la existencia de grandes obstáculos a la conexión como son las paredes de piedra, muebles grandes o estructuras metálicas interfieren claramente en la recepción de la señal. En un segundo plano, aunque también pueden afectar a la comunicación, se encuentran las antenas de transmisión y recepción y el tipo de paquetes de datos que se envían en cada transmisión.
¿En qué tipo de dispositivos se utiliza?
La fama y buen hacer de la tecnología Bluetooth le han hecho llegar a cotas insospechadas al principio de todo, cuando apareció. En la actualidad, se puede encontrar en casos como los siguientes:
- Ordenadores de sobremesa y portátiles con Windows o Linux incluyen un chip integrado en su hardware para conectar por Bluetooth periféricos como ratones, teclados, auriculares o impresoras, ahorrando cables en nuestras casas o lugares de trabajo.
- Smartphones y tabletas también incluyen esta tecnología para poder compartir con quien queramos archivos, fotos y vídeos, entre otros. De igual forma, se pueden enchufar altavoces y auriculares inalámbricos para escuchar música o ver vídeos directamente desde el móvil.
- Dispositivos de manos libres que se usan por ejemplo al conducir un coche o una moto y que permiten llamar o contestar llamadas sin poner en peligro a nadie.
- Smartwatch y otros aparatos que permiten conocer a sus usuarios cómo están de salud y gestionar su actividad física día a día enviando datos de los resultados tras la práctica deportiva.
- Sistemas de domótica como pueden ser electrodomésticos, alarmas o cerraduras electrónicas también pueden controlarse por Bluetooth.
- Videoconsolas lanzadas recientemente al mercado como son Nintendo Switch, PlayStation 4 y Xbox ONE también funcionan por Bluetooth, quitando cables de los salones donde se suelen colocar.
¿Qué versiones de Bluetooth existen?
Desde que en 1999 apareció la primera versión hasta este mismo año en el que se ha publicado la versión 5.2, muchos cambios y actualizaciones han hecho del Bluetooth una tecnología referencial en la sociedad.
La primera versión, 1.0a, junto a la posterior 1.0b se enfrentó a diversos problemas de seguridad y la imposibilidad de garantizar el anonimato en la transmisión de datos. Con Bluetooth 1.2 fue posible empezar a utilizar dispositivos USB y se creó Discovery, el software encargado de detectar otros aparatos que estuviesen conectados por Bluetooth para compartir información.
<blockquote>Sucesivamente, todas las actualizaciones o nuevas versiones que fueron lanzándose lo hacían con el propósito de mejorar la tasa de velocidad de transferencia y la seguridad de los dispositivos afectados, a la vez que facilitar el emparejamiento o pairing de dos dispositivos que quieren intercambiar archivos entre sí.</blockquote>
En 2010 vio la luz la versión 4.0 LE (Low Energy), cuya principal característica era que traía incluida una pila de protocolo completamente nueva que permitía funcionar con eficiencia a aplicaciones de muy baja potencia alimentados con una pila de botón. Así, dispositivos como relojes inteligentes, cerraduras electrónicas y bombillas inteligentes pudieron acoger entre sus brazos al Bluetooth y dar un salto tecnológico que a día de hoy sigue teniendo vigencia.
Si damos un paso más hacia adelante en el tiempo, la última versión major se lanzó en 2016, al aparecer Bluetooth 5.0 con el objetivo central de mejorar la tecnología vinculada al concepto Internet de las cosas, ofreciendo un consumo de energía bajo constante y aumentando la capacidad de transmisión y alcance hasta 200 metros (exterior) o 40 metros (interior). Esto es útil sin duda para aplicarlo por ejemplo en museos, donde puede tener sentido usarlo a la hora de entregar audioguías que se conecten a un dispositivo situado debajo o al lado de cada pieza y envíe una señal con la voz explicando en qué consiste.
¿Estamos ante una tecnología segura?
Por norma general, gracias al trabajo desarrollado para mantener siempre en vanguardia el cifrado y otros mecanismos de seguridad que protegen estas conexiones, podemos decir abiertamente que el uso del Bluetooth en todos nuestros dispositivos es seguro. Sin embargo, no hay nada 100% seguro en esta vida, puesto que existen ciertas puertas de entrada que, açun bien protegidas, tienen rendijas por las que se pueden colar ataques externos y que debemos controlar en la medida de nuestras posibilidades.
Defectos por parte del fabricante, no hacer bien el emparejamiento de aparatos al introducir las contraseñas, etc. son puntos clave a vigilar.
En el caso del emparejamiento, los cibercriminales tienen entre ceja y ceja captar el momento en que se escriben los dígitos correspondientes al código PIN del usuario con el que se realiza la verificación. Por suerte, la ventana temporal para que se produzcan este tipo de ataques es muy pequeña, pero nunca se debe bajar la guardia.
Entre los trucos que usan los hackers se encuentran el “bluesmack”, con el que los atacantes interfieren en una conexión Bluetooth obligando a los usuarios a escribir un PIN nuevo, que es el captarán para obtener acceso al dispositivo en cuestión; el “bluesnarfing”, por el cual se interceptan y manipulan los datos que circulan por cada conexión entre dos dispositivos; o el “bluebugging”, por el cual se interceptan smartphones para incrementar la factura telefónica por llamadas o envíos aleatorios de SMS.
Algunas medidas preventivas que se pueden tomar para evitar ser atacado son las siguientes:
- La más importante de todas, desactivar el Bluetooth nada más finalizar la tarea para la cual se usó.
- Comprobar si es posible asignar un PIN manualmente en cada dispositivo que vayas a comprar, puesto que las claves estándar que marcan los fabricantes son poco seguras
- Es importante desactivar la opción “Secure Simple Pairing” para dejar solo la opción de establecer conexiones a mano.
- En la medida de lo posible, escribir un código PIN largo.
- Activar la opción “modo oculto” para hacer anónimo el nombre de usuario de tu Bluetooth.
- No activar Bluetooth en lugares como plazas públicas, por la alta probabilidad de que haya gente cercana que esté conectado también y quieran “probar suerte”.
- Guardar la configuración de los dispositivos de confianza para elimina un importante punto de ataque al no necesitar poner de nuevo el PIN.
- Por último, es también importante estar atento a peticiones de nueva verificación, y si se producen desactiva la conexión para evitar ataques.
Conclusión
Parecía que no tendría demasiado recorrido cuando surgió esta tecnología, pero con el paso de los años Bluetooth mejoró en los puntos negros que tenía (lentitud, complicación de transmisión) para ser referencia del Internet de las cosas.
Su reinvención hacia nuevas aplicaciones y usos (pulseras de actividad, domótica, ordenadores de a bordo) hacen que tenga un futuro halagüeño y se pueda intentar aplicar en nuevos dispositivos que la sociedad demande o necesite. Eso sí, siempre teniendo en mente que la seguridad de cada usuario está en juego y no se debe eliminar de la ecuación.